"La era de los prodigios"

viernes, 20 de diciembre de 2013

Luz aural

Último trago de la quinta copa.
Vodka. Tres hielos. Alcohol hasta el segundo. Torpeza característica de una mirada perdida mientras imagina su próximo trayecto repitiendose mil veces "no caigas" -al suelo o a sus circunstancias-.
Objetivo conseguido.
Cerebro empequeñecido, inerte, incapaz de pensar, negándose a aconsejar.
En estas ocasiones maneja el impulso, y esa noche se basaba en seguir bebiendo -puede que si le diese rienda suelta, alguien acabe sorprendido-.
Porque al fin y al cabo lo único que podía serenarla era un soplo de aire fresco pero la calle no la dejaba huir, siempre atrapada entre la misma sensación. Y sintió odio. Un odio momentáneo que recorrió toda su columna vertebral, segregándose por cada hueco de su cuerpo, haciendo endurecer su gesto, haciendo que clavase una mirada helada, provocando escalofríos en aquel que la sostuviera.
Parecía cansada y el cielo encapotado sin estrellas no le daba ninguna respuesta.
-Más bien estoy harta de ser demasiado lista para ver venir a los listos y aún así, dejar que desprecien mi YO y mis CIRCUNSTANCIAS-.
Ese yo era lo que hacía cambiar a su iris de color dependiendo de la luz y sus circunstancias eran las que variaban su sonrisa dependiendo del día, y aquella noche no parecia muy feliz.
Ella era demasiado adicta a los espejimos...
Y su problema era que no era capaz de salir de ellos. Y luego ni con hielos ese trago entraba mejor. 
Demasiado amante de lo ajeno, dejaba de lado su amor propio. 
-Grave error- nota mental apuntada para el despertar del día siguiente, cuando decidiría, sin duda, dar un giro a sus circunstancias (las suyas y las de él). 

Aún mareada se despertaría, iría al baño y tras tres, exactamente tres segundos se reconocería al otro lado. Cansada. Con resaca de todo y de nada. Pálida. Pequeña. 
Y se haría una coleta para ver el mundo con claridad aunque tuviera que achicar los ojos para poder mirar al Sol. 
Y se liaría un cigarro, agarraría un café, saldría a la terraza para sentir el frío de Diciembre y gritaría en silencio "basta", porque en ese momento decidiría que nadie merece que se enfríe su café por pensar, ni que se consuma su cigarrillo por recordar entre una nube difusa de sensaciones.
Aquella mañana sin duda primaría el odio. ¿Quién se había creído que era? Y apagaría con rabia el cigarrillo en el cenicero. Y se metería en la cama a escuchar Ed Sheeran, Passenger, Gabrielle Aplin... cualquier canción de cualquier artista con denominación de "para días grises" y se haría una bola con la manta y escribiría cartas sin fin, que jamás serían enviadas. 
Y en esos instantes deseará saber dibujar, porque le encantaría dibujarse a ella misma caminando por un angosto camino rodeado de árboles pero iluminado por la luna.
Esa maldita luna que tantas cosas había regalado a sus noches astrománticas. 

Y después saldría a pasear, se tomaría otro café mientras lee a Reverte y odiará las putas navidades con todas sus fuerzas. Y ese será su viernes, con sabor a domingo, resaca de miradas y vacaciones en pause.


El adiós definitivo

Adiós, adiós, adiós...
Nunca había repetido en mi cabeza tantas veces una palabra, pero también es verdad que hasta las 23:59 del 31 de Dicembre no la sentiré de verdad.
En ese momento tendrá lugar el adiós definitivo, el de para siempre, mi primer adiós satisfecho, mi primer adiós convencido, esta va a ser mi primera despedida deseada.
También es verdad que me quedará esa sensación de nada. La N A D A más absoluta, la nada más vacía de mi vida, la nada repleta de ganas de llenarse.
Adiós, adiós, adiós...
Adiós Enero, Febrero, Marzo, ABRIL, MAYO, JUNIO, JULIO, AGOSTO, Septiembre, Octubre, Noviembre, adiós queridísimo Diciembre, gracias una vez más por llenarme de ganas de empezar de cero, de cambiar el color de las paredes de este mundo absurdo, empeñado en parecer cuerdo.
Adiós a TI y a tu nuevo tú. Adiós a mi viejo yo, adiós.
Adiós a todos esos folios en blancos arrugados y tirados a la basura. Adiós a esa necesidad de respirar para no ahogarme con la realidad. Adiós a las escapadas para encontrar(me)(te)(nos).
Adiós al odio de no poder odiarte, adiós al odio del odio, adiós al despertar muriendo. Adiós al cuaderno de mi alma donde describía tus amaneceres, ardiendo está, junto a las fotos que no puedo quemar.
Adiós. Se acabó tu tiempo.
"Alomejor vivir es que alguien desee morir... a tu lado"
Pobre 2013, va a desaparecir y nadie le va a echar de menos.

Tranquilo 2013, creo que en más de uno has creado fuerza. Adiós.

martes, 26 de noviembre de 2013

Calipso

Antes de la tormenta está esa insufrible calma, esa calma que te anuncia un enfado tan vertiginoso como caer desde el mayor de los acantilados.
Esa calma aparece cuando las palabras se adentran en tus oídos y una tristeza nerviosa invade cada una de tus extremidades, es en ese momento cuando el corazón se ha olvidado de bombear sangre y los pulmones no acogen más aire en su interior. Esa calma aparece cuando, sin sentido, tu dices adiós, cuando giras tu cabeza, cuando no se sostiene una mirada. Esa calma precede a las lágrimas. Esa calma te ancla en el suelo, te paraliza, hace que todo a tu alrededor gire mientras tú, inerte, permaneces inmóvil. Masticas lo que acaba de pasar. Reprimes el llanto. Ahogas el grito. Viéndote marchar, sólo queda respirar.
Y respiras para ahogarte.

Entonces una lágrima ardiente cruza tu rostro. Quema tus pestañas. Hierven muchas más en tus ojos. Apretas los puños. Gritas. Pataleas. Corres. Te sujetas la cabeza como si ese gesto pudiera ordenar las ideas caóticas que saltan por tu cabeza. Embalas al corazón y los pulmones sólo respiran odio y exhalan rencor.
Las uñas ya se han clavado en las palmas de tus manos, pero no sientes dolor, los niveles de dolor ahora mismo se elevaban al infierno ¿qué, sino un juego de niños, era ese escozor comparado con el fuego de tus pies ardientes deseosos de escapar?
Deseosos de escapar tras de tí.
Los timbales de la realidad golpean tus tímpanos, y tú, adolescente de repente, te niegas a aceptar.

No. Nonononono. NO! NO! NO!
MÁS ALTO. MÁS! QUIERES QUE TUS GRITOS LLEGUEN AL MISMISIMO INFIERNO. Aquel del que quieres escapar...
NO! NO! NONONO!
NO...

Pero de repente, sólo escuchas tus latidos y el son de tu respiración.
El mar está en calma. Tus lágrimas sólo son saladas, tus manos ya no tienen fuerzas para más, tu garganta no soporta más gritos, tus pies no quieren avanzar.
Y, al igual que en la cajita de música de Davy Jones, pasada la tormenta vuelve a llegar la calma.
Esa calma que te dice que todo lo peor ha pasado ya, que sólo queda escalar la montaña. Pero que primero tienes que encontrarte.
Y hecha un ovillo, mientras te dispones a buscarte, te acurrucas en la cama y lo único que quieres es que esa cajita de música no vuelva a abrirse nunca.

sábado, 23 de noviembre de 2013

Why can't we just laugh and joke around

"I'm in trouble again... I thought as much cause you turned over there pulling that disappointment face, the one that I can't bear"


Silencioso. Cauto. Como un gato, vuelves, sabiendo bien cómo y dónde pisar.
Frunciendo el ceño. Exigiendo explicaciones que ya no puedo darte.
"Es como si no te importase" dice tu cara de enfado.
Pero claro que me importa ¿cómo puedes dudarlo? Es sólo que de tu felicidad ya no me encargo yo, te encargas tú.

Deja de gruñir. Todo esto me recuerda a una canción, inacabada 
Que cuando estaba pensando en los acordes, tú me quitaste la guitarra.

"Remember cuddles in the kitchen"

¿No sería mucho más fácil si sólo recordaras eso?
Estoy pensando en todo demasiado y la culpa de todo esto la tiene tu maldita mirada que me observa como si yo fuera la única culpable.
Vale ya de resoplar, parece que tuvieras 5 años.
Que culpa tenia yo de perder el tren, de no subirme a tiempo. Qué culpa tengo yo si en el último momento cambié de andén y me subí en otra dirección.
Lo más gracioso de todo es que fuiste tú quién cambió el destino.

Y ahora te duele. 

"Remember cuddles in the kitchen"
"Remember cuddles in the kitchen"
"Remember cuddles in the kitchen"
"Remember cuddles in the kitchen"
"Remember cuddles in the kitchen"

Tu mirada está mucho más bonita cuando sonríe(s).

jueves, 21 de noviembre de 2013

Si alguien me denuncia, di que yo no he sido

Desde mi luna de ABRIL observo como todo a mi alrededor va cambiando. El caos se apodera cada vez más de mí, ay... soy la Reina del Caos... y el caos establecido se amolda a una sociedad con unos valores preconcedidos que nosotros, ilusos, pretendemos cambiar.

(Yo no. Desde luego que no. El Caos se ha amoldado a mí ¿quién soy yo para impedírselo?)

Desde mi luna de ABRIL salto de cráter en cráter y con una tableta de chocolate Milka domino el mundo. No sé si el real, pero el mío sí. ¿Quieres? Ten. Toma una onza. Endulza tu mundo.
O tu boca.
O lo que quieras, a mí me da lo mismo.

Ay, que hoy parece que quieren nevar sueños. ¿A tí cuál te ha tocado?
A mí me ha tocado el sueño de un pez que desea convertirse en rana. Aunque quizás... ¿le vendría mejor convertirse en sapo?

Por eso de ser príncipe algún día de estos

Desde mi luna de ABRIL he soñado un sueño y congelado y blanco se ha repartido esta mañana por todo Madrid.

¡SORPRESA! Esta mañana te he visitado y ni te has dado cuenta
*Soy capaz de soñarte siempre que quiera*

He soñado que tus pestañas se abrían y que tu iris Coca-Cola me veía y brillante me decía buenos días.


No me gusta pensar que te tengo miedo

"La recordaba capaz de emocionarse como una chiquilla sentimental ante el beso con fondo de nubes y violines, cuando las palabras The End aparecían sobre las imágenes. A veces, en la butaca de un cine o sentada ante el televisor con la boca llena de ganchitos de queso, se apoyaba en el hombro de Corso y éste la sentía llorar larga y mansamente, en silencio, sin apartar los ojos de la pantalla. (...)
Nikon era feliz entre las lágrimas que le provocaba todo eso, y se enorgullecía de ellas.

Será porque estoy viva, decía después riendo, aún húmedos los ojos. Porque soy parte del mundo y me gusta que así sea. El cine es cosa de muchos: colectivo, generoso, con los niños aplaudiendo cuando llega el Séptimo de Caballería. Incluso mejora a través de la tele; las películas se ven entre dos, se comentan. En cambio tus libros son egoístas. Solitarios. Algunos ni siquiera pueden leerse y se rompen al abrirlos. Quien sólo se interesa por los libros no necesita a nadie, y eso me da miedo- Nikon masticaba el último ganchito y se lo quedaba mirando, atenta, entreabiertos los labios, acechando en su rostro el síntoma de una enfermedad que no tardaría en manifestarse-. A veces tú me das miedo

Finales felices. (...) Entre las falacias universales que ella siempre asumió sin cuestionar su fundamento, la de los finales felices era la más absurda. Comieron perdices y siempre se amaron, y parecía que el resultado de la ecuación fuese indiscutible, definitivo. Nada de preguntas sobre cuánto dura el amor, la felicidad, en un siempre fraccionable en vidas, años, meses. Incluso días. Hasta el final inevitable, el de ellos dos, Nikon se negó a aceptar que tal vez el héroe se hundió con su barco dos semanas después, al chocar con un escollo en las Hébridas del Sur. O que la heroína fue atropellada por un automóvil tres meses más tarde. O que todo ocurrió quizás de otro modo, de mil formas distintas: alguien tuvo el primer amante, alguien sintió rencor o hastío, alguien deseó volver atrás.
¿Cuántas noches de lágrimas, de silencios, de soledad, se sucedieron tras aquel beso? ¿Qué cáncer lo mató a él antes de cumplir cuarenta? ¿De qué vivió ella antes de morir en un asilo a los noventa? ¿En qué despojo ruin se convirtió el apuesto oficial, con las heridas gloriosas convertidas en horribles cicatrices y sus batallas olvidadas que ya no interesaban a nadie? ¿Qué dramas vivieron ya ancianos, indefensos, sin fuerzas para pelear o defenderse, traídos de acá para allá por el vendaval del mundo, la estupidez, la crueldad, la miserable condición humana?


A veces me das miedo, Lucas Corso."
Arturo Pérez-Reverte

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Eres mi lata de Coca-cola con tu nombre.

Siempre me han gustado las sucesiones que suceden de manera sucedánea, esas sucesiones explican tus idas y venidas. Esas sucesiones que emanan de los recuerdos. Esas sucesiones de momentos, que pasan lentos ante nuestra retina y que, pasado un tiempo, somos capaces de comprender. Esas sucesiones de suspiros cuando, cigarro y whisky en mano, te recuerdo. Esas sucesiones que me hablan de ti...
Como cuando con la mirada me dices que antes de conocerme mi boca era una curva similar a la de mi costilla derecha, y yo, con paciencia, hilando hilo a hilo tu pestañeo, comprendo que eso significa lo siguiente:

"Antes de yo convertirme en tu gran incomodidad, eras viento y como tal, eras libre. Por eso tu sonrisa volaba sola y tu risa acompañaba a tus dientes, blancos, imperfectos pero con ganas de comerse el mundo (y si eso te salía mal, me propinabas un buen mordisco a mí). Pero todo eso era antes de ser el motivo de tus ojeras, de tu café frío en la encimera, del frío por mi ausencia, de los trazos a medio acabar en el lienzo blanco de tu habitación, de las cortinas del balcón salvajes que se vuelven locas por mi tempestad."

O como cuando, aquella noche de Octubre me miraste, suspiraste y con las cejas levantadas me decías que querías ser astronauta. Con el tiempo entendí que eso quería decir
"Quiero conquistar tu luna, que son tus labios, y recorrerme todos tus planetas, que son tus lunares. Y contarlos uno y a uno. Y si me pierdo, volveré a empezar, porque nuestras noches no se acabarán nunca"

*Y mira... ¿sabes qué? creo que te dejaste la cuenta a medias*

O como cuando eres silencio. Tenso. Frío. Cortante. Cada palabra seguida de un punto en tu oración. Que. Me. Dejaba. Tan. Perdida. Tan. Fuera. De. Nada.
Pasadas un par de estaciones comprendí que tus silencios decían mucho más que tus palabras. Y que ahora, estoy enamorada del sonido de no escuchar nada, para dejar paso a nuevas risas, a nuevas miradas.

¿Recuerdas cuando eras escultor y con tus manos me convertías en tu musa?
Con el paso de las noches comprendí que fui musa de un artista en paro.

Y de paso, me convertí en artista yo.
Y he encontrado miradas, y sonrisas. 
*La mía, de hecho, está rejuvenecida. Ya no pesa. Ya no suena cansada. Vuelve a tener 19 años*

Quiero escalar nuevas montañas de lunares. Y si no hay, yo los pinto y los recorreré uno a uno, con tinta, para unirlos y formar un dibujo abstracto del que sólo yo sepa su significado.
Lo resumiré a: "He conquistado tu luna y todos tus planetas. Soy oficialmente vagabunda de tu piel."

He dejado las luces encendidas y la puerta abierta. 
Sé que tarde o temprano, te atreverás a entrar. 

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Supongo que esto es como todo, que yo soy terraza y tú eres las vistas.

Estaba segura de que si pestañeaba lento aún podía sentir el aleteo de su respiración correteando alrededor suya, creando una espiral de pulmones vacíos por haber expulsado todo el oxígeno en carcajadas.
Madrid colgando de su brazo era comparable a respirar su aliento mientras dormía, la Gran Vía se volvía diminuta cuando, con un Frapuccino *de chocolate blanco* en la mano, paseaban bajo sus azoteas, que observaban curiosas su forma de sonreír.
Creo que nunca en la vida una risa sonó igual. Sincera. Delicada. E-n-a-m-o-r-a-d-a.
Hasta el mendigo de la puerta de los cines de Callao quiso hacerse con ella
"Ese sonido tiene que valer millones, ¿no ves que a la gente ya no le gusta reir?" 
Verles juntos era como observar un cuadro pintado con la mayor de las paciencias, no faltaba detalle, creí incluso escuchar su propia banda sonora cuando sus cadencias pasaron por mi lado. Y me pareció distinguir algo así como una mezcla entre Amelie y Forrest Gump (tal vez incluso Titanic); y en ese mismo instante comprendí por qué.
Ella era diferente, su mirada lo decía. Quería conocer, cuidar, besar y señalar con un rotulador rojo todos esos detalles que la vida abandona a su suerte. Era independiente pero hallaba su hogar en los brazos de él, siempre abiertos para cobijarla cuando tuviera frío o cuando quisiera compartir un pedazo de pizza de jamón y queso. 
Él era deportista. Al igual que Forrest, también corría, pero por la curva de su sonrisa. A diario. Y le ofrecía a su sonrisa de Amelie una caja de bombones cada día, porque quería hacer su vida un poco más dulce (por eso de por si acaso él se levantaba agrio alguna mañana). "Nunca sabes cuál te va a tocar", pero ni él ni ella tenían miedo del azar, porque ambos sabían que la suerte estaba en ese instante sentada a su lado en el sofá, compartiendo palomitas y manta. 
Nunca un casino conocería una jugada tan perfecta. 
No hay iceberg, la orquesta sigue tocando. En esta película James Cameron permite que Jack no pase frío.

"No sé si te quiero, pero sé que tu sonrisa me sirve para responder a casi cualquier pregunta. No creo que nadie lo entienda, porque cuando hablo de tí digo más cosas callándome. Seguro que no entienden lo horrible que es que también llenes mi nada. Y sé que tengo que dejarme llevar, porque no creo que el amor sea un camino, sino un paisaje, y que quererte son las vistas"

Y con Goodbye my lover de James Blunt sonando en mis cascos, arranco esta hoja de mi bloc de notas y hago un barco de papel con ella. Lo dejo a la deriva, esperando que no se encuentre con ningún iceberg que entorpezca su camino. 
Si el destino quiere, no irá más lejos de este bus e irá a parar a las manos de esa pareja de la cuarta fila de asientos a la derecha, ella junto a la ventana, riendo mientras le mira; él observando su reflejo fácil de encontrar en el iris brillante de su sonrisa de Amelie

El amor, observado de lejos, es hasta bonito. 


lunes, 28 de octubre de 2013

Metáfora Fútbol Americano

 Me empeñé en enterrar mi tiempo en un reloj de arena, para poder volcarlo y utilizarlo cuando yo quisiera, o para paralizarlo y no girar el reloj y así evitar que, sin frenos, se derramara

como agua
entre tus dedos.
 

Simplemente por el placer de observar(te) limpié las ventanas de mis retinas y dejé que através de mi cortina se colara curioso, como un niño, tu sol. Porque sé que tienes miedo, que no entiendes nada y que ahora mismo sólo quieres esconderte para pasar desapercibido.
Pero... ¿aún no te has dado cuenta de que mis ojos saben encontrarte?
Vergonzosos
Estúpidos
Adolescentes
Con el folio en blanco de mi mente formaste, sin saberlo, un tapiz de sueños, bordados, delicados, con imágenes en blanco y negro.
Pero tintaste mis labios de rojo
y le diste calor a mis manos, frías, por no rozarte hasta entonces.
Y de un trago te bebiste mi sonrisa. Y con un suspiro avivaste mi alma azul, perdida ya, entre tus andares tan...
 C A R A C T E R Í S T I C O S
 como tu mirada...
C
U
R
I
O
S
A
tu sonrisa...
J U G U E T O N A
o tu expresión...
A M A B L E
Supongo que la vida es esto. Acoso y derribo.
Y debes tener complejo de quarterback porque a mi...
ya me has derribado por completo.

martes, 22 de octubre de 2013

Butaca 12, fila 5. Toma asiento

Querido Octubre,
Llegaste hace 22 días disfrazado de Septiembre mientras jugabas a esconder las mantas y los colchones en el fondo del armario.
En mi caso también escondí  los recuerdos de verano, los rayos de Julio y el alcohol que me sobró en Agosto.Así como la caja de música de tu respiración en mi oído y los guantes de seda que cubrían tu tacto.

Ay Octubre, que poco te falta para ser Noviembre y que poco me falta a mí para querer ser siempre Domingo.
Por fín ha llegado la época de palomitas dulces o saladas, con calcetines gordos y mantas compartidas o por compartir. Llegó la lluvia y con ella miles de miradas reflexionando a través del cristal de la ventana, en el séptimo piso (de tu cielo) de algún bloque. Llegó el viento para alborotar tus ideas y peinar mi pelo mientras corro detrás de ese bus que parece no querer esperarme nunca.
-como la vida, que ya no me deja mantener pulsado por más tiempo el botón de STANDBY-
Llegó la niebla para ayudarme a ver entre la bruma, para acariciar las nubes que deciden bajar a mi asfalto.
Llegaron las noches de píes fríos y alcohol barato para calentar el estómago y enfríar los sentidos, llegaron las noches de manta hasta las orejas y si te he visto -no es que no me acuerde- no te quiero recordar.

Llegó el otoño y con él mi invierno.
Comienza mi recorrido por mis lunares, por mis pros, por mis contras, por mi reflejo en el espejo, por mis manos frías, por mi corazón inquieto.
Comienza mi paseo por tus ojos, por tu sonrisa, por tu forma de mirar, por tu estúpida manía de querer hacerte notar.
Comienza mi viaje por tu almohada, por tus sueños, por mis comedias españolas, por tus tragicomedias.
Tengo dos entradas para la película de mi vida, ¿quieres ser el prota?
Serán 2'90, por las molestias, que yo ya me había olvidado de estas cosas.

martes, 1 de octubre de 2013

Café frío, miradas vacías

El sitio en el sofá ya tenía su marca, hecha a propósito para borrar sus caderas, sus curvas, sus medias sonrisas entre costilla y costilla.
Llevaba horas haciendo zapping. Quizás días. Quizás semanas.
Desde que ella dejó de pasear su culo por el pasillo y sus sábanas había perdido la noción del tiempo, ese que había aprendido a medir a través de sus suspiros.
Pasaba canales. Palabras entrecortadas que creaban frases sin sentido.
O alomejor era su mente la que ya no sabía ordenarlas. Sus palabras navegaban en olas de alcohol sumidas al son de sus bocanadas de humo. No quería recordarlas.
Cerró sus ojos para encontrarse a sí mismo y sólo la veía a ella * por dentro* como nadie más que él podía verla. 
Plena
A la vez invisible
Tan lejos
Tan cerca
I N F I N I T A

Tan pequeña

Y echó de menos dibujarla sin más luz que la que entra por la persiana nada más amanecer.

Un filete se enfriaba en el plato. Un cigarro se consumía en el cenicero. Una litrona de cerveza se calentaba a sus pies. Su guitarra yacía desafinada. Había olvidado lo que era vivir acompañado tan sólo de sus miradas perdidas a través de la ventana, había olvidado lo que era cantar para alguien.

Sus espejos ya no escribían "vuelvo pronto" en carmín rojo.
Tampoco el vapor de su ducha escondía más besos. Ni sus sábanas más juegos de almohadas.
No más copas de vino rotas.  No más su camisa rota.

"Come on, Come on, Come on"

 Susurros. Risas.
Sus dedos haciendo zapping por un cuerpo ajeno.
Él quiso olvidar su pesadilla en otros labios.
Lo que no sabía es que los suyos estaban condenados a no sentir otros besos.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Dante también lo calificaría de inútil

Giró su cabeza hacia la izquierda y se encontró, unas filas más allá, con unas mejilas rojas y un par de manos inquietas que jugueteaban con su pelo mientras en su rostro se le dibujaba una sonrisa que intentaba ocultar, por timidez, por vergüenza, que más da; él sólo estaba convencido de que esos ojos eran un misterio que quería resolver, un caos en donde quería adentrarse, un universo que quería recorrer.

 ARRIBA
De                                                                                                                                            a


ABAJO

No paraba quieta en su silla, él intuía que ella sólo tenía ganas de salir de ahí, que ella sólo quería volar.
Y por primera vez en su vida pensó "Ojalá fuera alas".
Lo que él no sabía es que con cada mirada ella volaba un pelín más alto. 

Probó suerte otra vez. Y sus ojos recorriendo su silueta se encontraron con los suyos. Y hubo tanta electricidad que el corazón de ambos sufrió un cortocircuito. Durante un milisegundo estuvieron muertos para revivir  cuando el rubor alcanzó sus pecas.

Ambos estaban perdidos. Y no sabían si se habían encontrado.
Ella estaba indecisa, cautelosa pero deseosa de saber, de conocer, de reír, de componer sonetos en su espalda.
Él ya estaba pensando en los acordes para otra canción y disfrutaba divertido del placer de hacerla enrojecer. Aún nadie sabía que lo que más ansiaba hacer era un book con miles de imágenes grabadas en su retina viéndola amanecer.

Ambos estaban perdidos. Y no sabían si se habían encontrado.
Lo que ellos no sabían era que seguían siendo dos completos extraños, pero que habían aprendido a leerse con los ojos. 
Ella también quería aprender a leerle en braille

viernes, 6 de septiembre de 2013

Crónicas de un borracho

El frío de madrugada empieza a recorrerte la columna vertebral, echas el último trago a tu cubata, ya caliente.
-Demasiado whisky, quizás-
Piensas cuando de repente sientes el mundo temblar bajo tus pies.
Y no solo el mundo.
También tu cabeza, tus ideas. Tu impresión en general. 
Suspiros y reflexiones de borracho que acaban en un árbol, donde de repente, te encuentras solo, aturdido, mareado. Y vomitas ansiedad y malos tragos.
Te vacías y entonces piensas que la única compañía de esta noche se encontraba en el fondo del vaso que acabas de tirar. Y eso te abruma, te inquieta, te pone nervioso. Te a-l-t-e-r-a. 

Con la mirada perdida buscas su sombra entre la niebla de tu iris, pero solo encuentras rostros extraños pidiéndote un cigarro.
Tienes la boca seca, y quieres algo que calme tu sed.
-Pero no quiero agua. Ni más alcohol-
Tienes sed de sus pupilas. Y hambre de su piel.
-Solo estoy borracho-
Y buscándola en un vaso. Y suspirándola en cada calada. 
Decides irte a casa, pero no encuentras el camino. No encuentras TU camino. Te pierdes entre las calles, tuerces las esquinas pensando en torcerte por sus caderas. Observas las farolas, admirando su luz, preguntándote como puede brillar tanto la Luna ahí arriba y alumbrarte tan poco los pasos. 
Las carreteras están vacías, se oyen coches lejanos, derrapes en las rotondas, música que sale de algún altavoz.
Y a ti la música que más te gusta es su risa a las 5 de la mañana, cuando después de estar perdido toda la noche, de buscarla en un vaso, de suspirarla en cada calada oyes como a la puerta de su casa, se le caen las llaves y con una sonrisa de "Dónde te habías metido" se aleja gritándote un buenas noches.

martes, 27 de agosto de 2013

Del asfalto al vacío.

La tarde empieza a caer. Empieza a oscurecerse el día y a iluminarse la noche.
Farolas a medio gas. A medio encenderse. A medio apagarse.
No es de noche. Tampoco es de día. Es un estado sin estar.
Como ella, que llevaba en standby desde entonces. Desde que no sabía distinguir el final del día y el comienzo de la noche. A medio gas. A medio encenderse. A medio apagarse. A medio ser. A medio no ser.

Esa fina línea que separa el todo de la nada. Del riesgo. Del salto.
Esa fina línea que hace que el interruptor no haga contacto y que esa bombilla no llegue a encenderse nunca.
Esa cerilla que no se enciende. Esa fuerza que nos falta para hacerla saltar en chispas.
Esa piedra del mechero que se atranca a media calada de encenderse el cigarro.
Esa fina línea entre parpadear y perderse la estrella fugaz de su pestañeo inseguro o no hacerlo y ser partícipe del universo de su iris.

Esa farola a medio gas. A medio encenderse. A medio apagarse. A medias de alumbrarte el camino. A medias de sumirlo todo en oscuridad.

Ese estornudo cortado por una carcajada.
Esa finísima línea que separa la afinación del medio tono bajo.
Esa fina línea que separa el bien de tu supuesto mal creado precisamente por ti.
Ese límite imaginario creado a partir de inseguridades.

Una farola a medio gas y tú, con una bocanada de aire la apagas.
Una farola a medio gas, y yo, cerilla en mano la enciendo.
Y de paso, te enciendo y te alumbro a ti. 

jueves, 22 de agosto de 2013

Volcán de mareas

La mirada perdida en el horizonte.

Trenza deshecha, sandalias en la arena.

Botella vacía. Cigarro apagado.
Como su sonrisa.

Espuma de su cerveza en la espuma del mar.

P
R
E
C
I
P
I
T
A
N
D
O
S
E
Uniéndose con sus lágrimas saladas. 
Como sus labios, agrietados por la sal.
Como su piel,  t i r a n t e  por la sal.

Sentada con las piernas cruzadas en la orilla buscaba su paz.
Sus ojos se nublaron. 
Pronto comenzarían a llover.

Respiración entrecortada.
Corazón cargado de ansiedad.

S
U
S
P
I
R
O
S
De mar.

Ella buscaba caracolas. 
Quería perderse de nuevo en su océano, en su oleaje.
Y no quería encontrarse.

G
R
I
T
O
S
Ahogados en la marea.

Marea ahogada en acantilados.
Acantilados testigos de mensajes en botellas jamás enviados.
Mensajes en botellas tocados. 
Hundidos.

La mirada perdida en el horizonte.

La trenza deshecha, sandalias en la arena.

Ella solo buscaba su mar.

Muerto.

martes, 20 de agosto de 2013

Aprender a respirar, incluso con Helio

Se necesita tiempo para asentar las ideas, para retomar el vuelo, para escribir en un folio en blanco o simplemente para sonreír a los tuyos con la sonrisa con la que lo hacías antes.
Me he tomado un tiempo para mí misma, de reflexión. He pausado el mundo y he dejado que el calor de Extremadura me abrasase los malos royos, no siempre con éxito, todo hay que decirlo.
Al principio el mundo de aquí no me dejaba de perseguir, me le encontraba en cualquier rincón, en cualquier esquina. Si buceaba, las burbujas aún deletreaban tu nombre, por eso me sumergía más aún y aguantaba el aire. Pero llega un momento en el que los pulmones no pueden más, que ya no entran más suspiros, ni más agua, ni más humo y te impulsas con los pies y saltas y lo primero que sale a la superficie son tus ideas renovadas y tu pelo mojado de cambios. Y te dan miedo, y te asustas y piensas que no lo vas a conseguir porque tarde o temprano sabes que algo te lo va a recordar; una canción, una broma, un comentario, un color, un olor...
No hay que tenerle miedo a los recuerdos porque forman parte de nosotros, nos llenan y nos hacen ser como somos, puesto que de los recuerdos formamos nuestras experiencias y de las experiencias formamos los actos que vamos haciendo día a día.
Quizás si es verdad que lo que más miedo me da es la nueva realidad a la que tengo que enfrentarme, porque tengo que formarla de nuevo pero realmente, ya si sé por donde tengo que empezar.
La vida es esto: CAMBIOS y tenemos que afrontarlos como vienen.
"No es necesario tener principios, lo importante es tener finales" y lo más bonito que podemos hacer con un final es hacerlo perfecto, porque los finales sí que podemos crearlos, y qué mejor que hacer un final bien hecho y no uno de esos que te dejan con mal sabor de boca.
Los principios nunca sabemos de dónde y por qué vienen, llegan sin más, sorprendiéndonos gratamente o dejándonos K.O, pero... ¿los finales? son decisión nuestra.
Y yo he decidido escribir un PUNTO Y FINAL de los bonitos, de los que se recuerdan con una sonrisa.
Este punto y final va para tí, que me has ayudado a encontrarme, a perderme y a encontrarme de nuevo más viva. Este punto y final lo recordaré con una sonrisa, de esas con las que se asocian las cosas buenas, los recuerdos de té y limón, los besos borrachos, los sueños despiertos.
Este punto y final va para ti.

domingo, 21 de julio de 2013

Jeux d'enfants

Te propongo un reto.
Vamos a detener el tiempo en el instante preciso que tú elijas, y vamos a contemplarlo, a analizarlo. Vamos a fotografiarlo en nuestras retinas y vamos a desgastarlo con el iris. Vamos a comprender cada gesto y vamos a buscarle un motivo al por qué de esa acción en ese preciso momento, al por qué de esa sonrisa de medio lado que parece decir que todo va a salir como tu quieres y tal y como lo habías planeado.
Después, me voy a sentar en ese banco para observar cómo te analizas por completo; tu mirada, tu gesto, tus manos y esa ceja levantada que indica esa maldita seguridad que en realidad no tienes y que quieres dar a entender con actos como éste. Me voy a deleitar con tus reflexiones y te voy a sonreír cuando susurrando digas mientras te observas "no he cogido moreno este verano pero qué bien te huele siempre el pelo."
Más tarde, cuando tú te hayas modificado y te hayas sentado en ese mismo banco, me levantaré yo. Revolveré tu pelo, te pondré una completa sonrisa, bajaré tu ceja y yo me pondré un ceño fruncido porque eso querrá decir que ya estás haciendo alguna de tus bromas, esas que tanta gracia me hacen y que tanto intento ocultar con una mueca grosera.

Porque sabes qué pasa, que los recuerdos podemos modificarlos a nuestro antojo. Podemos parar el tiempo e imaginarnos una escena completamente distinta. Podemos cambiar nuestros gestos, incluso las sensaciones. Podemos crear una realidad nueva, una realidad aparte.
Pero la realidad es, que este mismo instante está ocurriendo, y que tú por mucho que no quieras has descubierto un universo en mi iris, que tu boca está seca por los nervios, que tu corazón no hace más que pedirte que avances y que si la piel se te ha puesto de gallina no es porque haga frío.
El verdadero reto es aceptar este momento, sentir cada segundo con cada latido, igualar sensaciones, reír al mismo tiempo, suspirar nariz con nariz, lanzarse al vacío y caer en un charco de Mahou 5 estrellas.

Qué me dices, ¿capaz o incapaz? ¿aceptas?

viernes, 19 de julio de 2013

Excelsior

Sinceramente creo que nos hemos olvidado de sonreír a los problemas, de pasar de todo, de seguir adelante por muchas piedras que se nos metan en los zapatos. Nos hemos olvidado de ser felices con las pequeñas cosas. Nos hemos olvidado de valorar aquello que tenemos y que por gilipolleces, por orgullo, por miedo, perdemos.
Cada vez nos da más miedo el riesgo, el lanzarse a hacer aquello que sentimos en ese preciso momento. Oh, venga ya, si lo sientes ¿por qué no hacerlo? ¿por qué echarse atrás? Te daré la respuesta: porque así seguirás conservando aquello que alguna vez con esfuerzo cultivaste. Pero... ¿y si ese mini-impulso, ese pequeño paso, ese milímetro más te lleva a conocer algo nuevo, algo que te hará realmente feliz o que al menos, te dará todo eso que andas buscando y que por el miedo no vas a encontrar? Lo sé, lo sé, es mucho más sencillo dejar las cosas como están, no permitir que un huracán revuelva todo lo que en realidad piensas que tienes asentado. Claro, si yo sé que la vida es mucho más sencilla si no te arriesgas pero alomejor es ese maldito cambio lo que necesitas.
Muchas veces pensamos en los demás más que en nosotros mismos. Pero realmente lo que hay que hacer es buscar nuestra felicidad, pensar en nosotros, atrevernos a hacerlo. Quizás la búsqueda de nuestra felicidad, de la satisfacción de los deseos de nuestro YO interno cause daños en otros, pero ¿acaso todos "los otros" se centrarían en tu daño si ellos buscan su verdadera felicidad? Por supuesto y lógicamente hay que buscar un equilibrio, todas las personas que nos quieren es porque en algún momento de nuestras vidas les hemos hecho sentirse felices o afortunados. Pero tenemos que aprender a descubrir a quiénes precisamente hemos hecho felices, porque por ellos valdrá la pena seguir haciéndolo.
El miedo...el maldito miedo nos frena a la hora de hacer tantas cosas que luego vivimos de "¿Y si?"
¿Y si lo hubiera hecho?
¿Y si me hubiera atrevido?
¿Y si? ¿Y si? ¿Y si?
La única manera de no vivir en duda es pegar el salto, siempre va a haber alguien con un arnés preparado ¿o es que no lo veis?
Que la vida no nos puede seguir dando tanto miedo. Si lo SIENTES, HAZLO. Si lo BUSCAS, lo ENCONTRARÁS.
Todo pasa por algún motivo, pero si impedimos que ese mismo "todo" pase, de nada sirve tener 18,19,20 años, porque serás un cobarde y vivirás siempre ahogado en ¿y si?

jueves, 18 de julio de 2013

Mírate al espejo, ¿qué ves?

Hoy quiero ser escueta. No hacen falta tampoco muchas palabras cuando te sientes vacía, como cuando se acaba la caja de helados o te fumas hasta el filtro del último cigarro.
Supongo que es la ciudad que me ahoga. Sus ruidos, su incertidumbre, su estrepitosa rutina.
Será que necesito ese olor a nuevo, a no estrés, a abrazo sin despedida, a verano con sonrisas y no con calles y rutas que se esquivan. Será que necesito ese helado de stracciatella, o una fuente de chocolate blanco para volver a sentirme *dulce*. O alomejor es que miro al cielo y sólo veo contaminación y será que necesito nubes aunque sean de algodón que anuncia tormenta, pero nubes al fin y al cabo; nubes en las que podamos perdernos ambos, las mires desde donde las mires.
Será que me pierdo dentro de mí misma con cuatro canciones y que no quiero salir, o que para salir necesito ese gancho que no tengo. Será que ya no lucho por no caer, será que sólo lucho por poder pasar los días al día.
Quizá sólo necesite la calma de un buen susurro en mi tímpano a tiempo o quizá sea sólo el tiempo que está causando estragos en mi interior.
Será que esa camisa ya no es la que me queda grande y es esta vez el mundo el que me viene grande. O quizás es la tinta empleada en no imprimir fotos lo que hace que los recuerdos se emborronen y dejen los marcos vacíos.
Alomejor es el pasillo que ya no huele tu colonia o la existencia del no cobijo cuando hay tormenta.
Aunque yo creo que son los rayos, que iluminan los cristales rotos y las plantas de mis pies descalzos.

Curioso conjunto el de las paredes blancas y el de mi cuerpo emborronado por cinco gotas de alcohol.

lunes, 15 de julio de 2013

As de Diamantes

Abrió los ojos de repente. Su sueño había decidido evaporarse y consideró oportuno hacerla despertar a las 7:00 de la mañana.
Una suave brisa de verano acariciaba sus sábanas y sus brazos, sus manos rascaban el pelo revuelto, sus dedos estaban negros y sus mejillas también. Su mirada aún vivía inmersa en ese sueño interrumpido.
Se levantó a por un vaso de leche fría y parte se le derramó en el suelo.
"Hay que joderse"
Hacía tiempo que se sentía una extraña. Observando el cielo a través del humo se dio cuenta de que ella ya no se sentía de aquí. Que este no es sitio para alguien como ella, que tiene la cabeza por las nubes. Aquí hay demasiada realidad y demasiadas caras largas.
Lo malo de querer cambios es no saber por dónde empezar, porque te anclas en la misma rutina de mierda de todos los días y ya hasta el café con 4 cucharadas de azúcar te sabe amargo.
Se sentía un poco vagabunda cuando deambulaba por sus calles, y se encontraba con muchos universos creados en los iris de los ojos de los demás, pero no llegaba a entenderlos nunca, hacía tiempo que en los suyos había nebulosas.
"Hay que joderse"
La gente de su alrededor tenía complejo de prestidigitador, y de repente, desaparecían; y con ellos los universos, y con ellos la magia.
Ella también quería ser maga, y crear magia.
Barajar el destino de esas dos personas que aún no se han conocido pero que si lo hicieran, se volverían locos el uno por el otro.
Hacer desaparecer esas caras largas y sacarse de la manga ese AS que la ayudara a continuar.
En esta vida todo son cartas pero ella no sabía darle valor a las suyas ni sabía las normas de la partida. De todas formas, ni siquiera quería saberlas.
"Hay que joderse"
Ella era de tréboles.


viernes, 12 de julio de 2013

Apreta fuerte, que no se escape

He creado solo para tí una luna transparente, un mundo transparente y miles de caminos transparentes.

Esta mañana me levanté temprano y puse el mar para tí, procuré que el agua estuviera calmada, pero sabes que de vez en cuando sube la marea, aunque esta marea también es transparente y he puesto rompeolas para que no te mojes el pelo. 
Hoy el calor se filtra transparentemente por tu transparente piel y el sol ha descubierto el universo de tu iris, también transparente como el agua, seguro que alguien ya se ha perdido dentro de él.
Transparentes, tus manos acarician la orilla y hablan con el viento mientras se fusionan con la arena y juegan con ella, pasándola entre los dedos, creando un reloj transparente.
Solo para tí he limpiado las nubes, mira hacia arriba, ¿ves? No hay, son transparentes para que veas el azul del cielo, que otro día más a pesar de todo, sigue ahí ofreciéndote cobijo. 

A tu derecha Eris, Diosa de la Discordia; a tu izquierda Eros y Afrodita, Dioses del Amor.

Arriba, tus sueños, transparentes. Abajo, abajo, muy abajo, tus miedos, pisoteados. 

He creado solo para ti un mundo de cristal, lo he minimizado y lo he redondeado.
En tus manos tienes tu mundo, con todo lo que quieras meter en él. Es transparente, como tú, yo me he ocupado del paisaje y de los tres Dioses, para que tengas donde elegir según el día. 
En tu mundo la luna sale todos los días junto con el sol, porque siempre es de día a no ser que desactives el botón de luz. 
La noche se activará sola en cuanto necesites perderte por las estrellas.
También hay muchos bolis con tinta infinita y folios, de cristal, para que llenes las ventanas de historias. 
Cuando llores, aparecerán islas para sacarte a flote y cuando sonrías, miles de flores rodearán cada uno de tus pasos. 
Tú no eres capaz de romper este cristal, asi que no dejes que nadie lo haga. Por si acaso, tengo muchos munditos pequeñitos repartidos en cada verano que pasamos juntas, para que escapes a cualquiera de ellos siempre que quieras.

Tienes el mundo en la palma de tu mano. 

sábado, 6 de julio de 2013

Click

Su piel pálida era acariciada por el sol, sus hombros se teñían de rojo. Sus lunares se iluminaban con cada rayo. La arena enterraba a sus pies a cada paso para después ser liberados por el agua salada del mar. Su pelo mojado recorría gracioso su espalda, las gotas delineaban su columna vertebral, el viento le rizaba las ideas. El bikini se ceñía a su piel y las gafas de sol escondían sus ojos brillantes. Tal vez ese brillo fueran lágrimas. Tal vez no lo fueran.
La playa está desierta, el amanecer es frío y ella observa la inmensidad del mar. Se pierde en sus olas y no quiere encontrarse.
Olas bailan al son de sus latidos y en la orilla estallan, justo donde ella se convierte en espuma y se convierte en barro al juntarse con la arena.
Su reloj de arena decidió pararse y establecer un standby donde solo se oiga al viento, donde sus pecas se asomen al balcón de su nariz, donde la piel muerta deje paso un nuevo reflejo.
Sus manos se lavan en la marea y las algas se enredan entre sus dedos, atrapándola, no permitiendo su marcha, aferrándola al agua salada, prohibiendo su escapada a lo dulce.
Las gaviotas anidaban en los nidos de su corazón. Las conchas se clavaban en las plantas de sus pies. Si se acercaba una caracola al oído escuchaba el eco de su risa cansada. Si sumergía la cabeza, el silencio de su mente le provocaba tsunamis.
No había sombrilla para la luz de su luna ni tampoco había tumbonas para sus siestas nocturnas.
No había barcas, solo podía avanzar a nado. No había aletas, ni bombonas de oxígeno, solo patadas contra la solidez del agua.
La inmensidad del silencio le aullaba en el oído y no sabía si era agua estancada en su tímpano o el viento susurrándole las nanas de la cebolla que la invitaban a "derramarse hilo a hilo".
Y ella se derramaba, se convertía en agua y se adentraba en el mar. Y se convertía en arena, en barro, en espuma, después en agua, luego en ola, en alga, en suelo de océano, en concha, en caracola silenciosa.

La observo a lo lejos y con mi cámara me regalo unas instantáneas de su aura frágil.

viernes, 5 de julio de 2013

How wonderful life is

Durante semanas no dejé de repetirme como una espiral de mantras "Todo se va a solucionar, se tiene que solucionar." "Todo se va a solucionar, se tiene que solucionar." De manera impar. 1 vez. 3 veces. 5 veces. 7 veces. 9 veces. Sin llegar al 10, supongo que porque en mi vida no he llegado nunca al 10. En verdad es algo que no me importa, ¿qué es un número? ¿Qué representa? ¿Un orden de prioridades? ¿Una jerarquía?
De qué sirve una jerarquía, un orden de prioridades si estas varían cada día adaptándose a nuestro estado de ánimo.
Un número es la suerte que juega al azar en una ruleta rusa. Un número es la cantidad exacta de patatas fritas que le quitas a tu hermano cuando no se da cuenta. Un número se cuenta, clasifica, pone orden, jerarquiza. Nunca me gustaron los números. Quizás por eso soy de letras. Quizás por eso soy caos. Quizás por eso no soy orden.
Las letras tienen más cuerpo. Más significado. Más forma. Más universos paralelos.
Quizás esto no tenga nada que ver con mi mantra:
"Todo se va a solucionar, todo se tiene que solucionar."
Quizás sí.
El oxígeno ha vuelto a mis pequeños alveolos, las inspiraciones son más profundas, me llenan más. Ha vuelto la inspiración, la tinta, las fuerzas, mi positividad. Ha vuelto la calma en el caos. La balanza se ha estabilizado. He vuelto a volar con la Estrella Polar que de repente vuelve a estar ahí, como un faro. ¿Como el de Alejandría? Por qué no.
Mi reflejo me mira sonriente, me asiente, por una vez sabe que las cosas van bien, que YO voy bien.
Es la primera vez que agradezco esta calma. Yo, la reina del caos, reitero que : "Agradezco esta calma".
Lienzos en blanco salpicados de pequeñas gotas color verde pistacho.
Gato negro de ojos verdes, vente conmigo, que yo sé que me vas a traer suerte. Vamos a andar bajo todos los andamios que nos encontremos. Vamos a pisar las líneas. Vamos a tirar la sal. Rompamos el espejo, que muera con él mi antiguo reflejo.

Que lo único que me traiga mala suerte sean las lágrimas.




miércoles, 19 de junio de 2013

Despega

Sabes bien como soy, que me expreso mejor con palabras, no es que no las tuviera para ti. Las tengo. Apelotonadas en la garganta deseosas por salir, pero las transportaré a las manos, se convertirán en tinta.
Empezaré por algo que ya te suena, pero que se me ha quedado corto, demasiado.
Creo que juntos hemos aprendido muchas cosas. Yo he aprendido que no hay que tener miedo del miedo.
El miedo solo te frena, te impide lanzarte al vacío, te impide arriesgar. Yo hoy pido para tí que no tengas miedo, que no te frenes. Sé valiente, aunque ya sé muy bien que lo eres, es una cualidad que envidio.
Ahora más que nunca se hace real eso de "La Rusia del Zar y el Trópico". Piénsalo, de frío a cálido. Tiene gracia, jamás (y fíjate bien en que digo jamás y no nunca) lo hubiera imaginado.
Dicen que no está bien vivir a base de recuerdos. Lo comparto. Pero ya no hablo sólo de mi cuando digo que durante un tiempo todos viviremos de recuerdos, de momentos.
Una huellita de husky y un guiño azulado en todos nosotros.
Siempre supe que harías algo grande, que SERÍAS grande. Esto es tan sólo la confirmación.
Es extraño, y duro, pasar de desierto a iceberg, de té de invierno a café solo con hielos, de calor a frío, de cerca a lejos. Pero la vida es así, cambios, giros de 360º, vueltas de campana, saltos sin paracaídas.
Tú fuiste mi salto sin paracaídas, afortunadamente después me tenías preparado un arnés para no caer en picado. Pero debes saber que si caí en picado lo hice yo solita. Fíjate que arriesgué pero también gané y de eso sólo tú tienes el mérito.
Si no me he emocionado es básicamente porque prefiero los abrazos, las sonrisas y un buen recuerdo; eso también lo sabes bien, y mejor que nadie, aunque no me hacen falta despedidas para quedarme sólo con lo bueno, sobre todo cuando no hay recuerdos malos.
Confío en que de vez en cuando sonrías por alguna tontería que te recuerde todo lo que alguna vez se vivió, puede ser mi torpeza, mis manías absurdas o la facilidad que tengo para convertirme en un tomate.
Quizás ahora es cuando se puede pensar que no se han aprovechado bien las horas, pero nada se puede hacer ya por ello, dar la vuelta a las manecillas del reloj no serviría de nada, sólo retrocederíamos mentalmente y acabaríamos sumidos en una espiral del pasado, por lo que sólo nos queda recordar lo ya ocurrido. Es OBLIGATORIO recordar sonriendo. El mundo es mucho más bonito con sonrisas.
Siempre que tengas miedo debes acudir a mí corriendo. (Bueno esto es opcional) No cambio mi parecer en que yo mataré miedos por ti. (Y monstruos también si fuera necesario). No debes tener miedo.
Tienes los medios y las alas para volar. Sólo tienes que despegar. Hazlo.
Un placer que la magia, la caja de Pandora, las casualidades o Jhonny Depp nos hicieran coincidir en este vida.
Sé que no se ha maquillado un Adiós con un Hasta Luego. Sé que pronto nos encontraremos.
Tal vez no físicamente. Pero hay un lugar donde por un instante parecerá que no haya pasado el tiempo. Sólo tienes que cerrar los ojos y recordar. Serás capaz de volver a oler ese perfume, esas palomitas, ese cubata. Serás capaz de ver ese brillo, esa lágrima, esa tenue luz de madrugada, la LUNA LLENA. Podrás incluso oír como sopla aquí el viento.
Los recuerdos nunca mueren, y la huella de las personas tampoco.
Abre las alas y vuela.

"Las personas que comparten recuerdos nunca pueden convertirse en extraños."


lunes, 17 de junio de 2013

El desierto del Sáhara

¿Sabes qué pasa cariño? Mira, la vida es como un espejo. Lo que hagas en ella será un reflejo para los demás. Tus acciones rebotarán y quién sabe, quizás aparezcan reflejadas en la vida de otra persona. La vida es un espejo de almas, ¿comprendes?
Almas que vienen y van como esas pequeñas hormiguitas o que se anclan en un mar de dudas o que viajan a la deriva en un mar de sueños.
La vida, cielo, es un espejo de tu mamá y de tu papá, de tus compañeros del cole, de la profe... todas sus acciones quedan grabadas y se reflejan en el espejo de tu vida, como enseñanzas. Las enseñanzas son esas cosas que aprendes de los demás, ¿entiendes?
Tú ahora eres muy pequeñita, pero a la vez muy grande ¿eh? Y en el espejo de tu vida, ya hay pasos que puedes empezar a seguir tu solita, porque cielo, te repito que la vida es un reflejo de las acciones de los demás. Solo tú decides si recogerlas y guardarlas dentro de ti o no hacerlo.
Esto que te voy a decir ahora es importante, y es algo con lo que te tienes que quedar, presta mucha atención, abre bien esos oídos:
Recuerda, si la vida es un espejo tienes que sonreír siempre, para que lo primero que vean de ti sea esa preciosa sonrisa y que esa sonrisa sea a la vez reflejo en los espejos de sus vidas. Porque, ¿sabes así que ocurrirá? Que el mundo se llenará de sonrisas y será un lugar un poquito mejor.

Ella asintió segura de que había entendido. Siempre había entendido las cosas a la primera, era lista.
Lo que ella aún no sabía era que en la vida hay que aprender a distinguir espejos de espejismos. Pero eso no se puede enseñar, eso se debe de aprender.
Un espejo refleja una realidad.
Un espejismo refleja aquello que queremos convertir en realidad, aquello que anhelamos y convertimos en verdad, aquello que imaginamos con los ojos brillantes y cargados de ansiedad.

El mayor peligro en esta vida no es equivocarse, equivocar también enseña.
El mayor peligro de esta vida son los espejismos y los oasis de imaginación.
No os digo de aferraros a la realidad como única vía de escape. La realidad a veces es pesada. Podemos soñar. DEBEMOS soñar. Pero jamás, repetid conmigo, JAMÁS debemos adentrarnos en un oasis de imaginación y tomarlo como un camino a seguir en la vida porque lo único que recibiremos serán espejismos de realidad, y cuando la realidad aparezca vestida de negro, sin avisar, porque NO avisa, y hayamos salido ya de ese oasis de imaginación pero nosotros CREAMOS que seguimos inmersos en él pero sin saberlo, la realidad de manera desinteresada nos hará: PUM
Y creedme, no se aguanta ni un asalto.
Es mejor adentrarse en arenas movedizas que adentrarse en un espejismo.
La realidad es dura. La vida es dura. Pero, ¿qué esperais de un mundo en el que nada más nacer nos dan un cachete en el culo?
Es un aviso. Es un pequeño guiño.
Da igual lo pequeño o lo mayor que seas. No es la altura lo que importa. No es la edad.
Es la experiencia. Es la ilusión. Son las ganas.

domingo, 9 de junio de 2013

Por no tener, no tenía ni pecas.

Su habitación estaba desordenada, pero no era el típico desorden de ELLA. Esta vez era el clima el que era caótico, eso y los cristales rotos que la estaban haciendo añicos las plantas de sus pies que ya no andaban cuatro plantas hasta su puerta. Sangraban. Y le daban a la habitación un toque extraño, tan extraño como sus ojos hinchados de no dormir, tan extraño como su mente abandonada por los pájaros.
Mordía recuerdos porque ya no le quedaban uñas, ni padastros.
No sabía como, pero no sentía dolor, ni siquiera psíquico; suponía que era porque una vez que llegas a la cima de la autodestrucción ya sólo te queda convertirte en una especie de dementor. Pero las almas ya no la llamaban la atención, ni siquiera las miradas. Ella sólo buscaba el equilibrio perfecto entre los suspiros y una mueca feliz. Ella ya no aspiraba a pedir la felicidad, se conformaba con muecas de sonrisas. Se asemejan más a mi -decía- pues yo me he transformado en un atisbo de persona.
Notaba el fluir de la sangre por sus venas, y sus pies, y notaba como sus pulmones grises se llenaban cada vez más de menos aire y de más humo. Se había olvidado de lo que significa RESPIRAR.
Sus manos eran las únicas que de vez en cuando chorreaban tinta, su mente se dejaba llevar, iba y venía, pero ya había dejado de ser huracán, se había convertido en brisa. Sólo los excesos y los poemas la devolvían un poco a la realidad. Su corazón era un mero espectador que se había sentado en la décima fila con un gran bol de palomitas, él ya intuía que comenzaba la acción, y quería divertirse, desde que se había revestido de acero intentaba dar la imagen del típico tipo duro, a lo James Dean.
Si tosía, la boca le sabía a sangre. Tal vez fuera el tabaco. O el tequila que la quemaba el esófago, pero el caso es que se habia acostumbrado a ese sabor entre salado y ácido que se había instalado en su organismo, no la molestaba del todo. Era una especie de señal de que, aunque ya no recordara como RESPIRAR, su cuerpo no la había abandonado, ni sus tatuajes, ni sus huellas. Oh sus huellas... claro que no.
La habitación se inundaba poco a poco de su caída, de su explosión de cristales, de su cenicero a reventar y de sus pies fríos manchados de rojo carmín, con la diferencia de que el carmín hacía tiempo ya que la había abandonado.
Su reflejo la pedía a gritos una reacción. Era curioso ver la escena: ella fría como el hielo y su imagen aporreando el margen del espejo, con el rímel hasta las mejillas, el moño deshecho y muchas gasas y tiritas para curar sus pies descalzos, que ya no sentían el tacto de sus sábanas.
Ella se limita a observar. Y fuma. Y sangra. Y le dedica una mueca de sonrisa al espejo de su habitación.

lunes, 27 de mayo de 2013

¿Dos de azúcar?

"Me acerqué a ti, fingiendo casualidad"
¿Cómo tú por aquí? ¿Cómo tú aquí, en este instante? ¿Cómo tú aquí, compartiendo oxígeno?
"Me acerqué a tí, fingiendo casualidad" con unos cuantos años de más y unas cuantas experiencias de menos.
¿Cómo tú por aquí? Dime, ¿cómo te trata la vida? ¿sigues reflexionando septiembres en marzos? El café medio frío, medio caliente o ¿te has pasado al bando de los que se calientan las manos con el vapor?
Veo que tu mirada sigue buscando universos paralelos, ¿has encontrado el tuyo ya? Yo lo encontré, en la Luna Nueva, esa de la que todo el mundo se aburre porque no la pueden ver.
¿Cómo tú por aquí? Te imaginaba muy lejos, tal vez bajo el sol del Trópico, tal vez en el frío de la Rusia del Zar e incluso bajo tu cama compartiendo miedos y monstruos que viven bajo nuestros pies.
¿Cómo tú por aquí? ¿Libros con finales felices o prefieres la novela negra? Ay, no has cambiado nada, prefieres las biografías.
"Me acerqué a tí, fingiendo casualidad" haciéndote creer que la vida me mantiene ocupada cuando en verdad, vivo relajada con plantas, té, folios y camas deshechas. Ah, y whisky. Agitado, removido, vomitado.
Manos frías, corazón caliente.
Mirada fría, corazón ansioso.
Alma fría...mundo incierto.
"Me acerqué a tí, fingiendo casualidad" pero ya me voy, tus ojos no quieren verme, tu mirada no quiere traspasarme. Me voy arrastrando los pies y tropezando con el viento.
Prepararé té. Y café.
"Ya que has vuelto podrías pasarte, te sabes la dirección"
Eso decían mis ojos, que no consiguieron traspasar los cristales tintados de tus gafas de sol.

sábado, 25 de mayo de 2013

VII

Nos cogió por sorpresa a todos, haciéndonos aún más daño si cabe, llenándonos de preguntas sin respuesta, de enfado con el mundo, de querer comprender por qué. ¿Por qué a nosotros? ¿Por qué todo tan deprisa?
La vida una vez más ha decidido someternos a una prueba, la más dura, que no es otra que perder a una persona que protagonizó mi infancia y que educó a mi tía, la eterna montaña rusa de sentimientos que tan pronto nos regala momentos de risa hasta sentir agujetas en el estómago como también provoca que se nos caiga el mundo encima al verla llorar, y a mi padre, mi ejemplo, mi fuerza, mi apoyo, mi eterno compañero de bromas, mi primera persona en la lista de gente a las que prohíbo llorar delante mía. Todo ello con ayuda de mi abuela, sin duda la que peor lo pasará sin tí, sin tu presencia por casa, sin tu tazón de café caliente y pan por las mañanas.
¿Sabes? Nos has dejado a todos con un nudo en la garganta y con esa dichosa lágrima al borde del precipicio, esa que tanto me empeño en esconder, ya sabes, por el efecto dominó, que si cae uno vamos todos detrás.
Hoy la luna brilla más que nunca dándonos fuerza, animándonos a seguir adelante, animándonos a vivir mientras miramos hacia arriba, intentando buscar ese mínimo detalle que nos diga que ahí estás, cuidando de nosotros, atento de que todo vaya bien, pendiente de que salimos adelante. No te preocupes abuelo, saldremos, danos tiempo y ya verás como en nada te lo demuestro, en Julio llego y te lo cuento, y sin llorar eh?
Ha pasado un día y ya te echamos de menos, la casa del pueblo está tan vacía... a la abuela se le queda grande pero haremos por llenarla de nuevos y grandes recuerdos, empezando por los cimientos; mira fíjate que hasta hoy tía Merce ha gastado alguna que otra broma en el salón, lucharemos por ser felices abuelo, ya lo verás.
En todos nosotros hay un cachito tuyo. Mira, Papá tiene la forma del pelo igual, ¿que no? a mí no me la da, esas entradas son iguales que las tuyas. Tía Merce es muy Tierno como ella dice, también tiene la manía de guardar recuerdos (y el mismo sentido del humor que Papá, sí, eso también es tuyo aunque no lo sacaras muy de vez en cuando a relucir) *Ah, y por cierto, yo lo he heredado, pero mi imbecilidad alcanza límites ya más elevados* y ambas tenemos la misma obsesión por el chocolate que tienes tú aunque de eso ya te habrás dado cuenta en las eternas luchas por las trufas o los bombones, confieso que las cogía de dos en dos. La prima Elena tiene exactamente tu mirada, es igual, los mismos ojos, pero si hablamos de parecidos el Óscar es para Miguel. Y Edu y yo nos quedamos con la mejor de tus aficiones, leer.
Fíjate lo que es la vida que hasta hoy me ha hecho un regalo. ¿Adivinas cuál? La C A S U A L I D A D.
Mi número preferido es el 7. Y ahora también es tu número, eso tiene que ser bueno.
El aleatorio de mi móvil decidió recordarme una vez más que la banda sonora de mi vida es la de Amelie, y nada más salir del pueblo comenzó a sonar con fuerza, recordándome que la vida sigue, que si te caes te levantas y que rendirse NO es una opción.Que hay que ser fuertes, al menos para coger impulso; que conmigo la vida no puede abuelo, que no, que me niego, que se acabó.
Van a ser días difíciles, ya no oiremos más tus pasos y el arrastrar de tus pies de madrugada cuando no podías dormir, ni tampoco oiremos más tus ronquidos en la siesta *o a cualquier hora del día* que tantas risas nos han provocado de pequeñas, ya no estarán tus cubiertos *sólo tuyos* en la mesa ni tu "¿Niña, has cogío la llave? No te olvides de cerrar pa' cuando vuelvas". Nos quedan los recuerdos, y que me vas a tener que ayudar, que soy guerrera pero no puedo sostenerme a mí y a la vez a Papá, que necesito fuerzas y que cada noche me hagas el favor de que la Luna brille, para alumbrarnos a todos un poquito y que así sepamos avanzar.
Tú no te preocupes que nosotros desde aqui abajo miraremos siempre hacia arriba, dedícate a observar este mundo de locos y acorta las noches, que dan demasiado rienda suelta para pensar.
Tu resérvame el cráter derecho, que me he dado cuenta que es bonito.
Hasta siempre abuelo.

miércoles, 22 de mayo de 2013

Primavera con sabor a Invierno

Té frío y nubes grises en pleno mayo.
Muchas golosinas, mucho chocolate y pocas ganas de enfrentarme al espejo.
Gatos negros de ojos verdes con 6 vidas gastadas, última oportunidad, no puedes saltar sin arnés.
Tacones para pisar fuerte a pesar de estar reconstruyéndome por dentro, pásame escayola y yeso y ladrillos para tapiar al corazón.
Apuestas estúpidas con el mundo para fingir una recuperación masiva de la alegría que se fue con el viento.

lunes, 20 de mayo de 2013

Tardes de invierno por Madrid

A mi me dijeron "Ire, escribe mucho, muchísimo, siempre que lo necesites, pero escribe" y quizás me esté tomando el consejo demasiado al pie de la letra, pero es la única forma que tengo de desconectar. Bueno, en realidad no, porque es empezar a crear y lo único que me salen son palabras para tí, aunque alomejor no las entiendas porque no sería la primera vez.
Pero tengo la necesidad de desahogarme por dentro, por fuera, por la cima, por los pies, por las manos, por los ojos. Echar a correr, escapar... huir... huir de estas cuatro paredes que cada vez se cierran más sobre mí, convirtiéndose en una maldita cárcel de recuerdos que me niego a borrar, puede que me autolesione con ello, pero sinceramente me da igual, por eso todo está tal y como lo dejaste, en su sitio, colocado, extrañamente ordenado.
Un orden del que no me quiero deshacer, por primera vez en mi vida quiero que todo se quede tal y como está, no quiero modificar ni mi habitación, ni mi cartera, ni mi móvil. No me da la gana.
Este frío en mayo no es normal, así como tampoco lo es el frío que siento por dentro, ni tampoco son normales las pocas ganas que tengo de nada, no sé si esta vez me estarás entendiendo.
Este frío de mayo me recuerda a octubre, a noviembre, a diciembre, a enero, a febrero.
Qué curioso, hoy es 20 de mayo. Y hoy también llueve, ¿recuerdas?
También es curioso que justo ahora esté sonando Turning Tables.
Que me comen los recuerdos, me come tu risa en mis malditos sueños y ese maldito vacío que se agranda cada vez que respiro.
Sabes no tengo ni idea de cómo actuar porque estoy totalmente a la deriva, me empeño en centrarme, en mantener la mente ocupada, en reirme con mi hermano pero sabes tan bien como yo que no funciona, que no es suficiente, que NADA es suficiente.
Supongo que esto es como todo ¿no? Que será cuestión de acostumbrarse, de ir poquito a poco, paso a paso pero mira te voy a ser sincera:
No quiero dar ese paso ni continuar con el siguiente.

Deseos de cosas imposibles

Igual que el mosquito más tonto de la manada, yo sigo tu luz aunque me lleve a morir, te sigo como le siguen los puntos finales a todas las frases suicidas que buscan su fin.
Igual que el poeta que decide trabajar en un banco, sería posible que yo en el peor de los casos le hiciera una llave de judo a mi pobre corazón haciendo que firme llorando esta declaración:

"Me callo porque es más cómodo engañarse, me callo porque ha ganado la razón al corazón. Pero pase lo que pase y que otro me acompañe en silencio te querré tan solo a tí"

Igual que un mendigo cree que un cine es un escaparate, igual que una flor resignada decora un despacho elegante, prometo llamarle amor mío al primero que no me haga daño y reír será un lujo que olvide cuando te haya olvidado.
Pero igual que se espera como esperan en la Plaza de Mayo, procuro encender en secreto una vela no sea que por si acaso, un golpe de suerte algún día quiera que te vuelva a ver, reduciendo estas palabras a un trozo de papel.

"Me callo porque es más cómodo engañarse, me callo porque ha ganado la razón al corazón. Pero pase lo que pase y que otro me acompañe en silencio te querré tan solo a tí"

Soy mosquito, soy punto final y frase suicida, soy poeta *al que nadie entiente*, soy mendigo *de besos*, soy flor resignada a secarse en un despacho elegante, pero sigo siendo risa cuando los míos me abrazan y me secan las lágrimas, sigo creyendo en los golpes de suerte y en la     M A G I A y me encantaría reducir estas palabras a un maldito trozo de papel.


domingo, 19 de mayo de 2013

Te declaro la guerra.

Es como si un huracán de recuerdos haya arrasado toda la ciudad. Lugares que antes eran puntos de encuentro ahora son caminos que sorteo sin levantar la cabeza, sin mirar, sin obervar para no sentir, pero a quién pretendo engañar, no ver no significa no sentir y mucho menos no recordar.
Un torbellino de palabras y magnetismo invaden mi cabeza cada vez que cojo aire, y la mierda del ser humano es que para vivir tenemos que respirar, asique cada inspiración trae consigo otra batalla más contra las lágrimas, y así cada minuto; y no te creas, es duro sobre todo cuando piensas que ya te has estabilizado o que, al menos, el oxígeno te aporta una mínima tranquilidad, y de repente todo el peso del mundo vuelve a por mí empeñado en que le sostenga a mis espaldas y joder, que mis espaldas están llenas de contracturas y de huellas de tus manos, ¿para qué mierdas voy a tener que sostener yo el peso del mundo? Si para mí el mundo ha perdido todo significado desde que se tiñó de blanco.
"Bueno el blanco es un color que da tranquilidad, que no altera, que relaja" 
El blanco ha perdido toda esencia, el blanco ahora significa haber borrado con un torbellino de patadas a la almohada y de charlas con la luna todo cuanto había conocido y aprendido. El blanco significa shock emocional, el blanco significa comenzar a pintar con un pincel y unas acuarelas sin agua.
Que sentirse perdido no es ir a Madrid y de repente meterte en una calle y no saber en dónde te has metido. Sentirse perdido es estar rodeado de gente y aún así sentirse completamente solo. Estar perdido es quedarte mirando a través del cristal y no sentir absolutamente nada, repito, mente en blanco. Estar perdido es no saber sentir otra cosa que angustia; ni odio, ni rencor, ni miedo. Solo angustia, angustia que te recorre desde el primer pelo de la cabeza hasta el dedo meñique del pie izquierdo, pasando por la columna vertebral, por ESA costilla, por el OMBLIGO, por la RODILLA.Sentirse perdido es pasar las noches en vela y no poder solucionarlo. Sentirse perdido es obligarte a despertar por la noche a las 4:32 de la madrugada para no sufrir cuando te despiertes por la mañana y veas que la pesadilla es real.
Que el frío en ese banco se ha quedado agarrado con uñas y dientes a mis huesos, que si el reloj antes se paraba y eso me hacía feliz, ahora se para alargando aún más las horas y estirando los segundos de una manera enfermiza y cruel, ralentizando el tiempo y haciendo rememorar dentro de mi iris esa mirada que no pudiste sostener.
Ya pueden llegar inviernos fríos, que no superarán a la frialdad a la que me he acomodado ahora, fiel compañera que me ayuda a estar distante en un mundo donde nos rifamos el Óscar al que más aguante fingiendo una sonrisa.
"Al preguntar si está más animada, inspira y dice que al irse él entraron tinieblas"
No sólo tinieblas y nula visibilidad para ordenar las ideas. También mi corazón decidió abandonarme, está dolido y enfadado conmigo "tú me prometiste que esta vez no me harían daño", si pequeño, lo prometí.
Y ahora el pobre ha hecho el petate y de despedida me ha dedicado un sutil corte de mangas. Asique he creado otro. De cristal. Así no puedo prometerle que no le harán daño, porque el cristal es un elemento condenado a romperse en mil pedazos. Ahora no mide más de 2 milímetros y late para que yo pueda vivir. Lo mínimo, dice que no quiere sentir y que el otro se fue "desatado y dilatado de tanto latir" y que él no quiere eso, por lo que ha creado una República Independiente dentro de mí. Dice que el partido principal es el Partido en Obras, porque según él, dice que todo mi cuerpo se está reconstruyendo y que a partir de ahora dominará el lema de que si algo me destruye, rápidamente se construirán andamios. Que si sufro es elección mía, pero que si lo hago no estoy sola.
Mi cerebro no opina, está harto de mí. Dice que jamás aprenderé y que está hasta las narices de intentar hacerme reflexionar, asique le ha declarado la guerra a mi corazón de cristal republicano y militante del Partido en Obras. Pero yo no me meto. Allá ellos, que son como dos niños pequeños.
Que sí, que estoy en un maldito pozo, oscuro, frío y húmedo con 150.000 cuerdas ofrecidas para que escale al exterior; pero por el posible riesgo de ser un poco niña de Ring prefiero sumirme en la más gratificante oscuridad con mi té negro, mis palomitas y un portátil. La razón es sencilla: en el mundo puede haber mucha luz, puede haber muchas luciérnagas y puede haber incluso linternas de estas de los Scouts, pero que si esa luz no viene de donde tiene que venir, a mi esa luz no me alumbra ni una cuarta parte del camino. Sí, ese camino que me ha tocado tapiar a mi solita. Sí, ese camino que he tenido que vallar yo solita. Sí, ese camino que me dirige a ti.
Que me encuentro ante una montaña, enorme, E N O R M E y que yo no sé si mis pulmones asmáticos van a poder con ella. Pero por suerte cuento con mi corazón de 2 milímetros, mi cerebro revolucionario y las manos amigas de todas aquellas personas que en las últimas horas han hecho de este mundo frío y distante un mundo de "eres una guerrera" y de "mañana te despiertas, te miras al espejo y piensas en que el mundo es tuyo".

viernes, 17 de mayo de 2013

Inspira


Tan sólo hay que echar la mirada atrás para ver todo lo que fuimos. En muchos casos hemos madurado mucho, otros menos, algunos hemos aprendido de los errores, otros simplemente nos limitamos a saber que están ahí y nos los echamos a la espalda como un lastre moral más.
Yo no sé si he madurado más o menos, no sé si he aprendido de los errores o mi dolor de espalda está causado por ellos, no sé si sigo manteniendo vivos mis sueños y no sé si me he hecho más soñadora en mis ratos libres. No sé si he llegado a comprender el mundo y el por qué de las desgracias de la vida. No sé si soy fuerte o soy débil y no sé si soy capaz de sacar sonrisas a la gente.
En verdad tengo 19 años y no sé mi función en el mundo, no sé nada y empiezo a pensar que a mis pulmones asmáticos el ahogo no les viene nada bien.
Comprendo el mundo, comprendo su evolución y comprendo a las personas, comprendo sus vidas, comprendo sus problemas y mi corazón bohemio se apega muy rápido a ellos, dilatándose cada día más al latir por y para los que me importan.
No sé si mi función es haceros sonreir, calmaros cuando la vida se os vaya de las manos o simplemente ser mera acompañante de reflexiones a las 4 de la madrugada.
No sé si soy de café o de té, o de las dos, no sé si soy de helado de vainilla con cookies o de stracciatella. No sé si soy sugus de fresa o de mora y tampoco sé si mi manía de querer ser libre me traerá buenas o malas consecuencias.
No sé si sirvo para derribar mis muros, para ayudaros a vosotros con los vuestros o para que me ayudéis vosotros a mí. No sé si soy valiente y dejo que los problemas me dominen cuando no encuentro soluciones al alcance de mi mano. No sé si esconderme tras la Partita Nº 2 de Bach me ayuda a reflexionar o simplemente me ayuda a desconectar. No sé si valgo para escribir, para hacer soñar o simplemente para haceros pasar el rato con mi mundo absurdo de desorden ordenado que muchos no entendéis.
No me gusta que me digan que vivo en mi mundo aparte, donde yo creo, fabrico y moldeo mis realidad soñada, esa que nadie más que yo puedo entender, que de qué me sirve si nadie puede llegar a tocar esa neurona que dentro de mi mente lleva días marginada en una esquina.
Sé interpretar miradas e iris cansados, sé cuando esa vela se apaga y ya no va a volver a encenderse porque la lluvia no deja de caer sobre ella, sé cuidar de los míos e intento dar lo mejor de mí. Sé sonreír hasta cuando la última célula de mi cuerpo está cansada de fingir, sé ponerle al mal tiempo buena cara y tengo carácter, mucho, para las injusticias.
También sé ayudar a dar el paso aunque yo no sea capaz de dar el mío, me emociono con la vida e intento disfrutar de ella, aunque muchas veces me empeñe en pensar que no soy más que un puro trámite que ha chocado con otros meros trámites.
Pero he llegado a la conclusión, una princesa me ayudó a llegar a ella, de que en la vida lo único que hay que conseguir es ser feliz y hacer feliz a los demás, cueste lo que cueste. Que no podemos dejar que los problemas nos dominen, que tenemos que aprender a minimizarlos, sin dejarlos de lado, sabiendo que están ahí, pero sólo afrontarlos cuando de verdad estemos preparados porque de otra forma nos quitarán lo único que tenemos, y es precisamente la vida. Que yo sigo sin saber para qué estoy aquí, si, pero al menos, ya que no sé mi función en el mundo que se piense en mí como alguien que es feliz aun cuando no siempre se puede.

jueves, 16 de mayo de 2013

El día de hoy, a mi no me representa.







"Dices que a veces no comprendes qué dice mi voz, cómo quieres que yo sepa lo que digo, si entre los dedos se me escapa volando una flor y yo la dejo que me marque el camino"
-Mi hermano
-Los pequeños regalos que me da la vida
-Descubrir nueva música indie
-Ser diferente a los demás
-Mis pies pequeños
-Mis pecas en verano
-Mis ojos
-Descubrir personas cada año
-Perdonar, reconciliarme con mi conciencia
-Casas de Miravete
-La nevera rosa
-Ser pilar para alguien
-Santi Balmes y su mundo absurdo
-Mi mundo absurdo
-El olor a campo
-Que cada vez más gente se preocupe por mi
-Mis cajas de recuerdos
-Todo aquello que me recuerde a las distintas personas que han pasado por mi vida
-La lluvia
-Los abrazos
-No ser capaz de discutir sin llorar
-Mi fuerza que sale cuando pienso que ya me ha abandonado
-Mi música indie
-Limpiar mi viola con la que empecé a tocar
-Pasear sola con mis cascos
-Madrid y todas sus calles
-Andar por Madrid, con todo lo que ello conlleva
-Escribir
-Starbucks, café y charlas
-Llorar mientras me abrazan
-Dar consejos
-Plantearme mi vida lejos de aquí
-Soñar
-Soñar despierta
-Kaura y litros
-Mario Benedetti, Paulo Coelho.
-Sacar sonrisas
-Mi padre
-Los Beatles
-El color verde pistacho
-Recordar con una sonrisa
-Viajar
-Imaginar mi vida lejos de España
-Té y palomitas, oreo y mantas de zebra
-La piel de gallina
-Lunares
-Los hoyuelos
-El mar
-El atardecer
-La brisa de verano
-Cantar
-Luchar por lo que quiero
-Los cambios
-Haberme caído miles de veces, y seguir aquí

Y a pesar de que son muchas cosas, ahora mismo, nada es suficiente. 

miércoles, 15 de mayo de 2013

Paren la vida

Paren la vida, me quiero bajar.


Retroceder en el tiempo, pausar momentos, detener la vida en ese preciso instante para poder observarlo indefinidamente. Fotografiar miradas, parar las agujas del reloj, ¿quién le ha dado permiso a la vida para que pase tan rápido?
Tal día como hoy hace un año acababa de cumplir, como quien dice, 18 años, y a día de hoy, ya tengo 19. Hace poco más de un año había vivido exactamente 7 meses inmersa en un 2º de Bachillerato rodeada de personas que llevaban acompañando mis pasos y mi camino desde que tenía 6 años.
¿Dónde han quedado todos esos años de experiencias, de recuerdos, de vida?
A                   T                      R                        Á                       S.
Atrás dejé una ristra de momentos vividos con personas geniales, todos a su manera y ahora, soy universitaria, futura periodista y tengo una mente llena de ideales y ganas de cambios. ¿Dónde está esa adolescente rebelde con las uñas negras, flequillo recto y cuatro suspensos con un 3 en el boletín de notas? 
¿Dónde están esos recreos escondidas en el baño para no bajar al patio? ¿Dónde están esas pilladas de Isabel cuando nos recorríamos el colegio entero para perder clase? ¿Dónde se quedaron esas tardes de estudio eternas acompañada de esa pequeñita persona gritona? ¿Y las quedadas a las 8.15 donde siempre, a la hora de siempre, para hacer lo de siempre?  ¿Y las ganas de besarle los pies a Juan cuando en los exámenes de historia metía lo que me había estudiado? Por favor que alguien me diga dónde narices se han quedado las expulsiones al pasillo en la clase de religión y las broncas de Toñi al inventarme toda la cultura en los exámenes de griego. ¿Y los ataques gratuitos de Escolano hacia mi persona? ¿Y los buenos días de los profesores? ¿Y las noches de estudio con esas surrealistas conversaciones por whatsapp? ¿Y Selectividad? Selectividad... esa palabra que nos martirizó la cabeza durante todo un año y que ahora no es más que un recuerdo de noches sin dormir, DNI, pegatinas, y apuntes esparcidos por la habitación. ¿Y la G38? ¿Qué ha sido de ella? ¿Qué ha sido de las lágrimas, de la emoción, del discurso de graduación? ¿Dónde está ese miedo irracional de caerte al subir las escaleras con los tacones? 





Sabéis, atrás quedaron los años más felices de mi vida. Mi adolescencia. Plagada de miedo, de inseguridad, de corazón desbocado, de las primeras borracheras, de las escapadas nocturnas en pijama, de las fotos en el Parque de los Patos, del descubrimiento de la cerveza, de errores, de rebeldía, de búsqueda de identidad. Atrás quedaron mis experimentales 12 y 13, mis rebeldes 14, 15 y 16, mis errores de los 17, mis ganas de los 18. 
Atrás quedaron los sueños y las ilusiones puestas en el esfuerzo, atrás quedaron las lágrimas de decepción al suspender Arte, atrás quedaron las agendas llenas de fotos, atrás quedaron las fiestas en el colegio, atrás quedaron las pequeñas clases con los pupitres verdes, atrás quedó mi vergonzosa época choni, mi época rara *más bien estúpida*.
Ahora encuentro un camino con una maleta otra vez vacía, un barco anclado en el puerto de un futuro incierto pero lleno de ganas de irme de aquí, de ganas de cambiar, de ganas de seguir con mi esencia y con mi música indie. Que los recuerdos están guardados en el corazón, las miradas en el iris, las lágrimas en el alma y la inseguridad en el estómago. 
Prometo estar ahí, prometo seguir siendo yo misma, prometo seguir escribiendo, prometo conocer a Santi Balmes, prometo no olvidarme nunca de la música, prometo aprender idiomas, prometo seguir llenando la caja de Pandora, prometo seguir adorando el otoño y la primavera, prometo que la BSO de Amelie seguirá siendo la banda sonora de mi vida. Aunque esté lejos, prometo ser persona

lunes, 13 de mayo de 2013

Mente en abstracto

Porque a diferencia de lo que estamos acostumbrados a pensar, lo abstracto es tangible, no es etéreo; se puede tocar, se puede saborear, se puede acariciar, se puede sentir en lo más profundo del estómago, se puede peinar.
O acaso, ¿no saboreáis el sabor del amor en un beso?
¿Acaso no podéis tocar la decepción o el miedo en vuestro rostro al secaros las lágrimas?
¿No acariciáis la inseguridad que abarca cada poro de vuestro cuerpo cuando os rompéis por dentro?
¿No sois capaces de sentir los nervios en el fondo del estómago y no peináis la flaqueza de vuestras piernas al dar ese paso que os transportará allí donde queréis estar?
No me creo que no sintáis que al cerrar los ojos y soñar que os despertáis en Barcelona, París, Nueva York... no podáis oler sus calles, acariciar sus vistas, sonreir en azoteas.
Es imposible que no sintáis esa corriente eléctrica al ahogaros en el mar de sus ojos.
Que el escalofrío ese que os recorre la espalda y os hace contener la respiración durante unos segundos no  son más que sensaciones que habéis respirado sin daros cuenta, las habéis almacenado, y de repente, explotan dentro de vuestro cuerpo.
Que los deja-vu son opciones de cambiar el transcurso de nuestras acciones y esa sensación tan extraña que sentimos cuando nos vienen no es más que esa inseguridad de cambiar un propio recuerdo que ni siquiera ha tenido lugar aún.
Tenemos que aprender que el aire que entra en cada suspiro son esas aspiraciones a más, ese sentimiento de añorar, esas búsqueda de fuerza que tantas veces nos flaquea y que tenemos que almacenarlo en algún lugar escondidito de nosotros mismos, para echar mano de ese aire, que es puro y que nos vino en un momento de debilidad, para usarlo y poder ser FUERTES. 

miércoles, 8 de mayo de 2013

Suspiros de humo

Estaba enfadada. Muy enfadada.
Su camisa, demasiado grande, revoloteaba acompañándola en su paseo circular por la habitación.
"ese maldito calcetín... ¿qué haces ahí? ¿Se puede saber quién te ha puesto ahí?"
Su propio caos le desordenaba el alma. Su pelo revuelto le ordenaba las ideas. Sus manos frías le congelaban los pies. Por primera vez quería orden. Quería orden en su desorden caótico ordenado.
"¿Tan difícil es que te sientas Domingo un Lunes?"
Buscó su taza de café humeante. Le dió un trago. "Ojalá fueras whisky de Sábado" Estaba frío. Como sus huesos.
La ventana abierta dejó pasar la brisa. Olía a lluvia. A lluvia fuerte. A tromba de agua. Como sus sentimientos. Una tromba de agua a contracorriente sin orden ni concierto aparente. Justo como ella.
Y quiso desvanecerse. Ser gota de agua y colarse entre su pelo. Pasar a formar parte de ÉL. Y meterse en su estómago, y avivar sus m a r i p o s a s, y revolver sus pestañas, y dormir en sus costillas acunada por el
Pum                                       PumPum                                Pum                                             PumPum
de su corazón poeta, que a veces hablaba en inglés y al que ella respondía con gestos, porque de momento no dominaba el acento británico de Shakespeare.
Dejó de dar vueltas en su habitación, pero se dió cuenta de que el mundo no lo hacía. Y se mareó. Como cuando pensaba en ese vacío que ni siquiera la música era capaz de llenar. Le entró v é r t i g o.
Y abrió los ojos. Sin mirar abajo. Ese era su rascacielos. Y tenía dos pilares que lo sostenían bien. Y de repente, dejó de sentir miedo.
"No era miedo, era vértigo"
A veces era testaruda.
Y se dió cuenta de que ÉL ya había sido gota. Y que ya había pasado a formar parte de ELLA. Que movía sus m a r i p o s a s dentro de sus estómago, que revolvía sus pestañas al despertar y que de vez en cuando dormía en sus costillas balanceándose en su lunar. Que era igual que la luna nueva, no siempre le veía pero ella y el universo sabían que estaba ahí. Siendo pilar.
Siendo orden en su desorden caótico ordenado.
Siendo Domingo un Lunes.
Siendo whisky de Sábado.
                    

VeranInvierno.

Mientras tú estés en el Trópico, mis pies estarán fríos. En Agosto. Será como inhalar el aire de mis propios suspiros y espirar una niebla intensa con ecos de risas en Octubre.
Haré filigranas en humos de cigarros ajenos y dibujaré siluetas grises en el cielo de verano, ya sabes, un poco de lluvia entre tanto sol.
C A R T A S solitarias, como el jóker. "¿Por qué taann serio?"
Pues porque el color rojo del carmín no ha dejado su huella en ninguna mejilla, respirar me ahoga *mis pulmones asmáticos no están hecho para extrañar* y los pájaros ya no vuelan conmigo.
Los colibríes, me refiero. Y los de la cabeza también.

Esas filigranas parecen ajenas a cuanto pasa. Me gustaría ser ellas y convertirme en esa brisa de viento o ese olor a OCÉANO. Pero no. Aquí huele a ciudad desierta y a maletas hechas con prisa y varios "por si acasos" de más.
Soy ese viaje a u s t r a l por un cielo sin estrellas y soy mi propia interpretación de tus mensajes por eso, a veces, a media noche aparece la luna nueva, esa que no                         se                                      ve
y viene a hacerme una visita cuando estoy igual de vacía que ella. 
Si fumaras serías cigarro, y yo sería humo. No hay cigarro sin humo, ¿comprendes?

Acostumbrada a la música, me mentalizo de los próximos compases de  E    S    P    E     R     A.
Tú en el Trópico y yo con los pies fríos.
Sin lluvia, pero con la paciencia del SOL para salir después de la LUNA a alumbrar mis días grises.