Piel de gallina.

Podriamos decir que fue un poco locura, que se nos piró la cabeza, pero yo prefiero calificarlo como algo mágico, ya sabes. Algo que sólo le pasa a unos pocos afortunados. Algo que no todos pueden contar pero que, sin embargo, tú y yo podemos hasta gritarlo si queremos.
Algo espontáneo, genial, maravilloso, increíble y perfecto que ha hecho que yo en estos días sea una de las personas más felices del mundo.
Mi sonrisa, mis ojos y mi locura quedan adjudicados para el señorito de la mirada azul.
Podría escribir un montón de adjetivos para describirte y que así la gente se hiciera una idea de lo alucinante que eres, pero ¿sabes qué? No lo haré, porque no hay adjetivos suficientes que basten para tener una mínima idea de tí.
Te propongo un trato: miles de días juntos compartiendo atardeceres, risas, sonrisas y momentos de locura. ¿Te hace?

"No hay nada más bonito que lo que empieza por casualidad y acaba bien"

R.

Solo hicieron falta 4 dias. Tan solo 96 horas para que yo, Ire, perdiera totalmente la cabeza, el sentido, la razon, el sueño... A esas madrugadas le siguieron muchas mas, a esas madrugadas le siguieron mañanas de Alcorcon y tardes de Madrid. A esas madrugadas le siguieron coincidencias, sonrisas, muchas tonterias y mucha piel de gallina. A esas madrugadas le siguieron 18 dias sin verle, 18 dias de fiestas, de desfase, de horarios desajustados, de desbarajuste, de resacas, de estrellas fugaces... pero sin el. 18 dias. 432 horas sin ver sus ojos, 432 horas sin ver ese azul, ese precioso azul...
Afortunadamente esas madrugadas de insomnio se alargaron 32 dias. 32 maravillosos dias llenos de Vans, de barcos de papel, de olvidos, de risas, de besos, de atardeceres... 32 dias conociendonos poco a poco. 32 dias que repetiria toda mi vida.