"La era de los prodigios"

domingo, 21 de julio de 2013

Jeux d'enfants

Te propongo un reto.
Vamos a detener el tiempo en el instante preciso que tú elijas, y vamos a contemplarlo, a analizarlo. Vamos a fotografiarlo en nuestras retinas y vamos a desgastarlo con el iris. Vamos a comprender cada gesto y vamos a buscarle un motivo al por qué de esa acción en ese preciso momento, al por qué de esa sonrisa de medio lado que parece decir que todo va a salir como tu quieres y tal y como lo habías planeado.
Después, me voy a sentar en ese banco para observar cómo te analizas por completo; tu mirada, tu gesto, tus manos y esa ceja levantada que indica esa maldita seguridad que en realidad no tienes y que quieres dar a entender con actos como éste. Me voy a deleitar con tus reflexiones y te voy a sonreír cuando susurrando digas mientras te observas "no he cogido moreno este verano pero qué bien te huele siempre el pelo."
Más tarde, cuando tú te hayas modificado y te hayas sentado en ese mismo banco, me levantaré yo. Revolveré tu pelo, te pondré una completa sonrisa, bajaré tu ceja y yo me pondré un ceño fruncido porque eso querrá decir que ya estás haciendo alguna de tus bromas, esas que tanta gracia me hacen y que tanto intento ocultar con una mueca grosera.

Porque sabes qué pasa, que los recuerdos podemos modificarlos a nuestro antojo. Podemos parar el tiempo e imaginarnos una escena completamente distinta. Podemos cambiar nuestros gestos, incluso las sensaciones. Podemos crear una realidad nueva, una realidad aparte.
Pero la realidad es, que este mismo instante está ocurriendo, y que tú por mucho que no quieras has descubierto un universo en mi iris, que tu boca está seca por los nervios, que tu corazón no hace más que pedirte que avances y que si la piel se te ha puesto de gallina no es porque haga frío.
El verdadero reto es aceptar este momento, sentir cada segundo con cada latido, igualar sensaciones, reír al mismo tiempo, suspirar nariz con nariz, lanzarse al vacío y caer en un charco de Mahou 5 estrellas.

Qué me dices, ¿capaz o incapaz? ¿aceptas?

viernes, 19 de julio de 2013

Excelsior

Sinceramente creo que nos hemos olvidado de sonreír a los problemas, de pasar de todo, de seguir adelante por muchas piedras que se nos metan en los zapatos. Nos hemos olvidado de ser felices con las pequeñas cosas. Nos hemos olvidado de valorar aquello que tenemos y que por gilipolleces, por orgullo, por miedo, perdemos.
Cada vez nos da más miedo el riesgo, el lanzarse a hacer aquello que sentimos en ese preciso momento. Oh, venga ya, si lo sientes ¿por qué no hacerlo? ¿por qué echarse atrás? Te daré la respuesta: porque así seguirás conservando aquello que alguna vez con esfuerzo cultivaste. Pero... ¿y si ese mini-impulso, ese pequeño paso, ese milímetro más te lleva a conocer algo nuevo, algo que te hará realmente feliz o que al menos, te dará todo eso que andas buscando y que por el miedo no vas a encontrar? Lo sé, lo sé, es mucho más sencillo dejar las cosas como están, no permitir que un huracán revuelva todo lo que en realidad piensas que tienes asentado. Claro, si yo sé que la vida es mucho más sencilla si no te arriesgas pero alomejor es ese maldito cambio lo que necesitas.
Muchas veces pensamos en los demás más que en nosotros mismos. Pero realmente lo que hay que hacer es buscar nuestra felicidad, pensar en nosotros, atrevernos a hacerlo. Quizás la búsqueda de nuestra felicidad, de la satisfacción de los deseos de nuestro YO interno cause daños en otros, pero ¿acaso todos "los otros" se centrarían en tu daño si ellos buscan su verdadera felicidad? Por supuesto y lógicamente hay que buscar un equilibrio, todas las personas que nos quieren es porque en algún momento de nuestras vidas les hemos hecho sentirse felices o afortunados. Pero tenemos que aprender a descubrir a quiénes precisamente hemos hecho felices, porque por ellos valdrá la pena seguir haciéndolo.
El miedo...el maldito miedo nos frena a la hora de hacer tantas cosas que luego vivimos de "¿Y si?"
¿Y si lo hubiera hecho?
¿Y si me hubiera atrevido?
¿Y si? ¿Y si? ¿Y si?
La única manera de no vivir en duda es pegar el salto, siempre va a haber alguien con un arnés preparado ¿o es que no lo veis?
Que la vida no nos puede seguir dando tanto miedo. Si lo SIENTES, HAZLO. Si lo BUSCAS, lo ENCONTRARÁS.
Todo pasa por algún motivo, pero si impedimos que ese mismo "todo" pase, de nada sirve tener 18,19,20 años, porque serás un cobarde y vivirás siempre ahogado en ¿y si?

jueves, 18 de julio de 2013

Mírate al espejo, ¿qué ves?

Hoy quiero ser escueta. No hacen falta tampoco muchas palabras cuando te sientes vacía, como cuando se acaba la caja de helados o te fumas hasta el filtro del último cigarro.
Supongo que es la ciudad que me ahoga. Sus ruidos, su incertidumbre, su estrepitosa rutina.
Será que necesito ese olor a nuevo, a no estrés, a abrazo sin despedida, a verano con sonrisas y no con calles y rutas que se esquivan. Será que necesito ese helado de stracciatella, o una fuente de chocolate blanco para volver a sentirme *dulce*. O alomejor es que miro al cielo y sólo veo contaminación y será que necesito nubes aunque sean de algodón que anuncia tormenta, pero nubes al fin y al cabo; nubes en las que podamos perdernos ambos, las mires desde donde las mires.
Será que me pierdo dentro de mí misma con cuatro canciones y que no quiero salir, o que para salir necesito ese gancho que no tengo. Será que ya no lucho por no caer, será que sólo lucho por poder pasar los días al día.
Quizá sólo necesite la calma de un buen susurro en mi tímpano a tiempo o quizá sea sólo el tiempo que está causando estragos en mi interior.
Será que esa camisa ya no es la que me queda grande y es esta vez el mundo el que me viene grande. O quizás es la tinta empleada en no imprimir fotos lo que hace que los recuerdos se emborronen y dejen los marcos vacíos.
Alomejor es el pasillo que ya no huele tu colonia o la existencia del no cobijo cuando hay tormenta.
Aunque yo creo que son los rayos, que iluminan los cristales rotos y las plantas de mis pies descalzos.

Curioso conjunto el de las paredes blancas y el de mi cuerpo emborronado por cinco gotas de alcohol.

lunes, 15 de julio de 2013

As de Diamantes

Abrió los ojos de repente. Su sueño había decidido evaporarse y consideró oportuno hacerla despertar a las 7:00 de la mañana.
Una suave brisa de verano acariciaba sus sábanas y sus brazos, sus manos rascaban el pelo revuelto, sus dedos estaban negros y sus mejillas también. Su mirada aún vivía inmersa en ese sueño interrumpido.
Se levantó a por un vaso de leche fría y parte se le derramó en el suelo.
"Hay que joderse"
Hacía tiempo que se sentía una extraña. Observando el cielo a través del humo se dio cuenta de que ella ya no se sentía de aquí. Que este no es sitio para alguien como ella, que tiene la cabeza por las nubes. Aquí hay demasiada realidad y demasiadas caras largas.
Lo malo de querer cambios es no saber por dónde empezar, porque te anclas en la misma rutina de mierda de todos los días y ya hasta el café con 4 cucharadas de azúcar te sabe amargo.
Se sentía un poco vagabunda cuando deambulaba por sus calles, y se encontraba con muchos universos creados en los iris de los ojos de los demás, pero no llegaba a entenderlos nunca, hacía tiempo que en los suyos había nebulosas.
"Hay que joderse"
La gente de su alrededor tenía complejo de prestidigitador, y de repente, desaparecían; y con ellos los universos, y con ellos la magia.
Ella también quería ser maga, y crear magia.
Barajar el destino de esas dos personas que aún no se han conocido pero que si lo hicieran, se volverían locos el uno por el otro.
Hacer desaparecer esas caras largas y sacarse de la manga ese AS que la ayudara a continuar.
En esta vida todo son cartas pero ella no sabía darle valor a las suyas ni sabía las normas de la partida. De todas formas, ni siquiera quería saberlas.
"Hay que joderse"
Ella era de tréboles.


viernes, 12 de julio de 2013

Apreta fuerte, que no se escape

He creado solo para tí una luna transparente, un mundo transparente y miles de caminos transparentes.

Esta mañana me levanté temprano y puse el mar para tí, procuré que el agua estuviera calmada, pero sabes que de vez en cuando sube la marea, aunque esta marea también es transparente y he puesto rompeolas para que no te mojes el pelo. 
Hoy el calor se filtra transparentemente por tu transparente piel y el sol ha descubierto el universo de tu iris, también transparente como el agua, seguro que alguien ya se ha perdido dentro de él.
Transparentes, tus manos acarician la orilla y hablan con el viento mientras se fusionan con la arena y juegan con ella, pasándola entre los dedos, creando un reloj transparente.
Solo para tí he limpiado las nubes, mira hacia arriba, ¿ves? No hay, son transparentes para que veas el azul del cielo, que otro día más a pesar de todo, sigue ahí ofreciéndote cobijo. 

A tu derecha Eris, Diosa de la Discordia; a tu izquierda Eros y Afrodita, Dioses del Amor.

Arriba, tus sueños, transparentes. Abajo, abajo, muy abajo, tus miedos, pisoteados. 

He creado solo para ti un mundo de cristal, lo he minimizado y lo he redondeado.
En tus manos tienes tu mundo, con todo lo que quieras meter en él. Es transparente, como tú, yo me he ocupado del paisaje y de los tres Dioses, para que tengas donde elegir según el día. 
En tu mundo la luna sale todos los días junto con el sol, porque siempre es de día a no ser que desactives el botón de luz. 
La noche se activará sola en cuanto necesites perderte por las estrellas.
También hay muchos bolis con tinta infinita y folios, de cristal, para que llenes las ventanas de historias. 
Cuando llores, aparecerán islas para sacarte a flote y cuando sonrías, miles de flores rodearán cada uno de tus pasos. 
Tú no eres capaz de romper este cristal, asi que no dejes que nadie lo haga. Por si acaso, tengo muchos munditos pequeñitos repartidos en cada verano que pasamos juntas, para que escapes a cualquiera de ellos siempre que quieras.

Tienes el mundo en la palma de tu mano. 

sábado, 6 de julio de 2013

Click

Su piel pálida era acariciada por el sol, sus hombros se teñían de rojo. Sus lunares se iluminaban con cada rayo. La arena enterraba a sus pies a cada paso para después ser liberados por el agua salada del mar. Su pelo mojado recorría gracioso su espalda, las gotas delineaban su columna vertebral, el viento le rizaba las ideas. El bikini se ceñía a su piel y las gafas de sol escondían sus ojos brillantes. Tal vez ese brillo fueran lágrimas. Tal vez no lo fueran.
La playa está desierta, el amanecer es frío y ella observa la inmensidad del mar. Se pierde en sus olas y no quiere encontrarse.
Olas bailan al son de sus latidos y en la orilla estallan, justo donde ella se convierte en espuma y se convierte en barro al juntarse con la arena.
Su reloj de arena decidió pararse y establecer un standby donde solo se oiga al viento, donde sus pecas se asomen al balcón de su nariz, donde la piel muerta deje paso un nuevo reflejo.
Sus manos se lavan en la marea y las algas se enredan entre sus dedos, atrapándola, no permitiendo su marcha, aferrándola al agua salada, prohibiendo su escapada a lo dulce.
Las gaviotas anidaban en los nidos de su corazón. Las conchas se clavaban en las plantas de sus pies. Si se acercaba una caracola al oído escuchaba el eco de su risa cansada. Si sumergía la cabeza, el silencio de su mente le provocaba tsunamis.
No había sombrilla para la luz de su luna ni tampoco había tumbonas para sus siestas nocturnas.
No había barcas, solo podía avanzar a nado. No había aletas, ni bombonas de oxígeno, solo patadas contra la solidez del agua.
La inmensidad del silencio le aullaba en el oído y no sabía si era agua estancada en su tímpano o el viento susurrándole las nanas de la cebolla que la invitaban a "derramarse hilo a hilo".
Y ella se derramaba, se convertía en agua y se adentraba en el mar. Y se convertía en arena, en barro, en espuma, después en agua, luego en ola, en alga, en suelo de océano, en concha, en caracola silenciosa.

La observo a lo lejos y con mi cámara me regalo unas instantáneas de su aura frágil.

viernes, 5 de julio de 2013

How wonderful life is

Durante semanas no dejé de repetirme como una espiral de mantras "Todo se va a solucionar, se tiene que solucionar." "Todo se va a solucionar, se tiene que solucionar." De manera impar. 1 vez. 3 veces. 5 veces. 7 veces. 9 veces. Sin llegar al 10, supongo que porque en mi vida no he llegado nunca al 10. En verdad es algo que no me importa, ¿qué es un número? ¿Qué representa? ¿Un orden de prioridades? ¿Una jerarquía?
De qué sirve una jerarquía, un orden de prioridades si estas varían cada día adaptándose a nuestro estado de ánimo.
Un número es la suerte que juega al azar en una ruleta rusa. Un número es la cantidad exacta de patatas fritas que le quitas a tu hermano cuando no se da cuenta. Un número se cuenta, clasifica, pone orden, jerarquiza. Nunca me gustaron los números. Quizás por eso soy de letras. Quizás por eso soy caos. Quizás por eso no soy orden.
Las letras tienen más cuerpo. Más significado. Más forma. Más universos paralelos.
Quizás esto no tenga nada que ver con mi mantra:
"Todo se va a solucionar, todo se tiene que solucionar."
Quizás sí.
El oxígeno ha vuelto a mis pequeños alveolos, las inspiraciones son más profundas, me llenan más. Ha vuelto la inspiración, la tinta, las fuerzas, mi positividad. Ha vuelto la calma en el caos. La balanza se ha estabilizado. He vuelto a volar con la Estrella Polar que de repente vuelve a estar ahí, como un faro. ¿Como el de Alejandría? Por qué no.
Mi reflejo me mira sonriente, me asiente, por una vez sabe que las cosas van bien, que YO voy bien.
Es la primera vez que agradezco esta calma. Yo, la reina del caos, reitero que : "Agradezco esta calma".
Lienzos en blanco salpicados de pequeñas gotas color verde pistacho.
Gato negro de ojos verdes, vente conmigo, que yo sé que me vas a traer suerte. Vamos a andar bajo todos los andamios que nos encontremos. Vamos a pisar las líneas. Vamos a tirar la sal. Rompamos el espejo, que muera con él mi antiguo reflejo.

Que lo único que me traiga mala suerte sean las lágrimas.