"La era de los prodigios"

lunes, 13 de mayo de 2013

Mente en abstracto

Porque a diferencia de lo que estamos acostumbrados a pensar, lo abstracto es tangible, no es etéreo; se puede tocar, se puede saborear, se puede acariciar, se puede sentir en lo más profundo del estómago, se puede peinar.
O acaso, ¿no saboreáis el sabor del amor en un beso?
¿Acaso no podéis tocar la decepción o el miedo en vuestro rostro al secaros las lágrimas?
¿No acariciáis la inseguridad que abarca cada poro de vuestro cuerpo cuando os rompéis por dentro?
¿No sois capaces de sentir los nervios en el fondo del estómago y no peináis la flaqueza de vuestras piernas al dar ese paso que os transportará allí donde queréis estar?
No me creo que no sintáis que al cerrar los ojos y soñar que os despertáis en Barcelona, París, Nueva York... no podáis oler sus calles, acariciar sus vistas, sonreir en azoteas.
Es imposible que no sintáis esa corriente eléctrica al ahogaros en el mar de sus ojos.
Que el escalofrío ese que os recorre la espalda y os hace contener la respiración durante unos segundos no  son más que sensaciones que habéis respirado sin daros cuenta, las habéis almacenado, y de repente, explotan dentro de vuestro cuerpo.
Que los deja-vu son opciones de cambiar el transcurso de nuestras acciones y esa sensación tan extraña que sentimos cuando nos vienen no es más que esa inseguridad de cambiar un propio recuerdo que ni siquiera ha tenido lugar aún.
Tenemos que aprender que el aire que entra en cada suspiro son esas aspiraciones a más, ese sentimiento de añorar, esas búsqueda de fuerza que tantas veces nos flaquea y que tenemos que almacenarlo en algún lugar escondidito de nosotros mismos, para echar mano de ese aire, que es puro y que nos vino en un momento de debilidad, para usarlo y poder ser FUERTES. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario