"La era de los prodigios"

viernes, 15 de abril de 2016

Por ti

Se me ha ido de las manos.
Sí.
Está todo absolutamente fuera de mis dominios, de mi control. No encuentro el principio de la cuerda, no sé de dónde tirar.

Me faltas.
Sí.
Me faltas. Y de qué manera.

El oxígeno solo salva si sale de ti. La vida solo es vida si se muere de ti. Por ti. En ti. Contigo.
Da igual cuándo. Da igual de qué. 
Solo si es por ti. De ti. Contigo.

El sol carece de sentido si no brilla junto a ti. El calor de sus rayos no acaricia, atraviesa. Se clava a través de los párpados, me empaña las pestañas, me nubla la vista.

Al menos eso es lo que digo cuando las lágrimas se dan a la carrera por mis entrañas, por mis mejillas. 
¡Ay de mi! Que sin motivos me encojo y me adentro en la nada, que me oprimo, me deprimo, me emborracho por tu ausencia.

Me faltas.
Sí.
Me faltas. Y de qué manera.

Casi puedo rozarte con mis manos. Casi puedo rodear tus costillas con mis brazos. Apenas un milímetro me separa de ti.
En mi cabeza.
A penas. A alegrías. De ti. Conmigo. Sin ti. Por ti.




miércoles, 28 de octubre de 2015

Despertares

Dicen que los ojos son el espejo del alma pero hoy me miro y a pesar del verde de mi iris no vislumbro jardín alguno, tras hacer labor de introspección no encuentro nada ¿será que estoy reseco?

No recuerdo una mañana alegre desde que se fue y tras otra noche en compañía del whisky me recuerdo, una vez más, que su lengua hace tiempo que ya no navega a la deriva por mi boca. Supongo que esto es lo que nadie te cuenta acerca del amor, esta decepción debe ser parecida a la de cuando te destripan los efectos especiales de una película, supongo que esto es la nada.
Me gustaría poder odiar su recuerdo, me gustaría poder decir sin que me tiemble la voz que ya no recuerdo el número exacto de lunares en su espalda o que soy incapaz de recordar su risa, su mirada o el color de su pelo. Pero la verdad es que puedo decir que son exactamente seis, que su risa es comparable a un rayo de sol en pleno invierno en Londres, que perderte en sus ojos es perderte en el océano y que el oro no tiene nada que hacer cuando es el sol quien acaricia sus rizos.

Lo cierto es que ahí afuera sigue lloviendo y aquí, en la inmensidad de mi habitación vacía, hace meses que vivo a bajo cero.
Hoy me miro en el espejo y apenas me reconozco. Busco los pliegues de esta careta que hace tiempo me acompaña y que se ha cosido a mi como si de una segunda piel se tratase, quiero arrancarla y arrojarla a la fosa común donde se encuentran todos nuestros días juntos.
Quiero lanzarte al olvido y aferrarme a cualquier clavo ardiendo que me ofrezca la vida y no soltarme hasta que se me consuma la piel.

En fin... delirios ¿a quién le importan?

Mañana a esta hora, con suerte, será igual que hoy: la ventana seguirá abierta, las cortinas bailarán un vals solitario. el café seguirá sin hacerse y en mi cenicero ya no entrarán más cigarrillos a medio apagar.
Mañana, a esta hora, con suerte, será igual que hoy: tu seguirás siendo mi todo en la más absoluta de las nadas y yo seguiré siendo esa mota de polvo que se posa en tus pestañas.

Mañana a esta ahora, con suerte, amaneceré borracho y no recordaré ninguna de estas palabras.

miércoles, 21 de octubre de 2015

Apuntes

Moreno y elegante en sus maneras, con ojos curiosos y brillantes es escudriñado por muchas miradas que se preguntan qué habrá detrás de ese cigarro mal apagado que ella, mientra ríe a su lado, apaga con su pie. 
Él agarra su mano como si temiera que un tornado separara su cuerpo del suyo... aprieta fuertemente sus dedos con los de ella y con una sonrisa le hace promesas que solo los dos son capaces de entender haciendo que sus voces cambien todo lo que les rodea. 

De su risa nacen flores y él las riega...

Ella le cuida con la mirada mientras humedeciéndose los labios le dice "No llores amor" y le abraza con una fuerza capaz de partir el mundo en dos.
Un abrazo que todo lo puede. Que todo lo vale.



domingo, 30 de agosto de 2015

Pensemos

Me he tomado demasiado en serio lo de desconectar.
Va a ser verdad eso de que mis estaciones son otoño e invierno.


Hace ya unos cuantos meses que no lucho por encontrar ese ansiado rumbo que tantos quebraderos de cabeza me ha dado, no tengo esa absoluta necesidad de encontrar el camino idóneo para recorrerlo cómoda. Siempre he sido miedosa, y lo seguiré siendo porque en verdad creo que el miedo también nos impulsa a hacer muchas cosas, es algo de lo más innato dentro de nosotros; repito: siempre he sido miedosa, pero la ansiedad por ese futuro incierto se ha transformado en calma porque he aprendido que lo que tenga que venir, vendrá y por supuesto que va a implicar esfuerzo y ganas, pero eso es algo que se me ha inyectado en vena gracias al hecho de tener al lado a la superación y el tesón personificados.

También he aprendido a darle la vuelta a los días malos y usarlos para ser más paciente, más fuerte y un poco más adulta, por difícil que parezca. Sé que el sentimiento de echar de menos se agarra a las costillas y se aferra con uñas y dientes al estómago llegando incluso a cortar la respiración alguna que otra noche, pero también sé que sólo se echa de menos así cuando tienes algo importantísimo entre manos, porque no es lo mismo echar de menos que echar de más... solo que es difícil llegar a encontrar la diferencia.

Me traigo las pupilas llenas de estrellas fugaces para que al cerrar los ojos, me encuentre donde me encuentre, me arrope ese inmenso y oscuro manto; estoy dispuesta a compartir este momento con todo Madrid. También me he dado cuenta de que una carcajada a tiempo evita lágrimas a deshora y que al fin y al cabo, las cosquillas no son tan malas si adoras las manos con las que te las hacen.

Me gustaría también decir que se puede ver más con el tacto que con una mirada ciega y que las huellas dactilares tienen mil historias que contar, que los ojos están para aquellos que quieren y saben ver y buscar y que el olfato también tiene memoria, conectada además con el vello de los brazos, ahí la explicación a muchas "pieles de gallina".
Que las noches están hechas para pasarlas acompañado y que muchas veces, somos nosotros mismos los mejores jueces y abogados.

He aprendido por supuesto que los abrazos de "¡cuánto tiempo sin vernos!" saben a gloria y que cada uno y cada cual tiene su propio concepto de "gloria", todos correctos. En la otra cara de la moneda se encuentran los "te echaré de menos", estos últimos son salados y te roban las palabras.

También sé que independientemente de la estación, la luna nos observa y que aquella frase de "El Principito" era totalmente cierta... y es que si quedamos a las 4 empezaré a ser feliz desde las 3.
Y qué gustito da esperar a que lleguen los que verdaderamente importan.
Me he dado cuenta de que el tiempo es relativo y que con media hora se puede construir un mundo y con toda una vida retales de caminos y también que cuando menos te lo esperes encontrarás la paz y el sosiego en una mirada ajena...
Caerse no es más que levantarse y llorar no es más que desahogarse, llamemos a las cosas por su nombre.

viernes, 29 de mayo de 2015

Contigo todo es blanco

Acariciarte con el recuerdo.
Cerrar los ojos y pasar de puntillas por cada uno de tus ángulos rectos, agudos, obtusos, cóncavos y convexos. 
Respirar lento y rememorar el aroma y el placer de las cosas sencillas, como la brisa del mes de abril o la puesta de sol desde lo alto de Vallecas.
Ser efervescente sin llegar a rebosar el vaso, dejar que cada gota de agua salte al compás de las vibraciones de su risa. Ser efervescente en plena ebullición y en la más placentera de las calmas. 
Imaginar una ristra de deseos y escribirlos con su bolígrafo azul.
Disfrutar de la serendipia y mecernos sin prisa en la hamaca de nuestra casualidad, esa que ya ha pasado a formar parte de la realidad... deshaciendo cualquier oportunidad de añadir tu mirada al simple azar.
Crear nuestra propia época, mezclando el realismo mágico con el más puro de los romanticismos y los adornos barrocos.
Crear una instantánea con cada anochecer y cada amanecer y crear con sus respectivos tonos rojizos un cuadro de Van Gogh.
Admirarte desde el entusiasmo del entusiasta, entusiasmada de verte entusiasmado.
Despertar y vivir la epifanía de tus bostezos y tus pestañas de sueño como el más grande de los milagros terrenales.
Decapitar las cabezas del cancerbero y desterrarle junto a nuestro miedos
Ser eternos. Y etéreos. 
Escrutar con sumo cuidado los días venideros y las noches pasadas, quererte en pasado, presente y vislumbrarte en futuro. 
Añadirte a los retales de una vida.