"La era de los prodigios"

martes, 17 de junio de 2014

Verano, eres mi botón de standby

Es época de viajes con amigos, con amigas, con pareja o solo. Es época de anuncios de Estrella Damm (que a ver quién es el cachondo que tiene un verano así) y fotos guiris para fardar en Instagram.
Es época de sonrisas bajo el agua, de bikinis, de toallas y de esas jodidas sandalias nuevas que hacen los pies polvo.
Es época de vestidos blancos (mejor no mencionar cuando se te transparentan las bragas, para algunos una alegría para otras una vergüenza) y las consiguientes fiestas ibicencas sin haber pisado ni una vez Ibiza, irónico.
Es época de planes de tranquis, casualmente los que peor acaban y los que más protagonizan el verano. Es época de despedidas (uf) y de encuentros, sobre todo de encuentros.
Es época de fiestas de pueblo, de revolcarse por el suelo, de reir hasta que duela.
Es época de creernos que "este verano va a ser legendario" y si se para uno a pensarlo, es igual que el anterior. Los veranos no son ni mejores ni peores, son veranos y aunque no se tenga ningún plan en especial siempre los veranos van a ser "joder, la ostia".
Y ojalá algún verano se monte esa fiesta a lo Project X que, por el momento, parece que sólo se viven en América.
Es época de hombros rojos, pecas y el típico gracioso que te tira con ropa, esa especie que jamás se pondrá en  peligro de extinción. (y menos mal, porque encima suele ser ese mejor amigo que también, te ha hecho las mayores putadas. Ese mejor amigo al que luego le invitas a una cerveza y entre cigarro y cigarro, se os pasa)
Es esa época en la que los blancos color "radiactivo nuclear" dejan pasear su piel a través de pantalones cortos deslumbrando a todo aquel que pase y también el momento idóneo para los morenos, que ya por fin pueden hacer de Baltasar sin necesidad de betún.Oh, no nos olvidemos de los rojos color cangreburguer.
Es época de volverse un poquito metrosexual (que no chicos? que no?)

Es época de hacer mil planes, casi todos a la playa, y acabar en la piscina haciendo castillos de césped mal cuidado, porque otra cosa no, pero el césped siempre suele estar hecho una mierda. (pero casi que mejor que la arena de la playa que aunque no te sientes se te mete por ahí mismo).
Es época de helados de fresa, de vainilla, de stracciatella, de cookies, de tutti frutti, de café, de dulce de leche y, que no falte, de chocolate (ese que justamente te mancha el vestido blanco, sisi, el de la fiesta ibicenca)
Es época de vuelta y vuelta y no aguantar ni 5 minutos boca arriba.
Y sí, también es época de dormir en ropa interior (o sin ella)
Es época de "por dios que maldito calor, que acabe ya" y acto seguido pensarlo detenidamente y pensar "nonononono no te acabes nunca"
Es época de "me echas crema?" y luego de "joder, te has pasado..."

Es tiempo de gafas de sol y mirar al sol mientras sonríes, de respirar lento porque en verano parece que el oxígeno entra mejor, es época de Madrid brillante y calles que poco a poco se vacían.
Es época de enamorarse o de mandar a tomar por culo a todo el mundo.
Es tiempo de despegar y en Septiembre aterrizar forzosamente.
Cervezas frías, tinto de verano, escapadas nocturnas, llamadas de borracho.

Es época de inspiración para los artistas y de desconexión para el resto del mundo, es verano, simplemente verano y dura lo que tarda en llegar el otoño.

lunes, 2 de junio de 2014

Cantos de sirena

Qué deciros que no os hayan dicho ya mil veces de mil maneras diferentes.

Que el tiempo que nos falta sólo saben contarlo los suspiros y el que nos sobra, sólo saben contarlo las olas del mar de unos ojos ajenos, o su orilla.

Que sí, que las canciones nos cuentan nuestra vida cuando ni siquiera están compuestas y sí, a veces las letras están hechas a propósito sin que nos demos cuenta.

Si... los sueños reflejan lo que no somos, lo que somos, lo que queremos ser, lo que fuimos, lo que ojalá no hubiéramos sido, en lo que nos transformamos, lo que queremos olvidar, lo que queremos recordar y qué casualidad que hoy te hayas retorcido en tu cama.

Eso pensé cuando más dolía: "Que casualidad que te retuerzas en tu cama cuando yo ni siquiera me puedo mover"
Paralizada, atada de pies y manos a tu alambrada que separa tu España de mi Melilla, pobre de mí, inmigrante hacia tierras desconocidas, empeñada en llegar a tu puerto y echar el ancla.

Y a veces me pregunto que por qué no se habrá hundido aún mi barca.
Valiente marinera por un mar angosto, oscuro, profundo, lleno de oleaje y barcos a la deriva... precisamente esos a los que partiste el timón y les dejaste sin capitán y velas.

A dónde irán a parar esos barcos... ¿se hundirán?
¿Se podrán sacar a flote?

Marinero despechado que perdiste a tu doncella, te convertiste en pirata ¿y ahora?
Ron caliente por tus venas ¿qué más da lo que te venga?

Borracho esperas a tu sirena, esa que desde el océano te empiece a cantar y durmiendo la oigas susurrar las notas que te lleven con ella, al fondo del mar.

Y una vez que te hayas ahogado, volverán aquellos barcos que con cien cañones por banda y viento en popa a toda vela, surcaron tu mar y se fueron allá donde los piratas enterraban y escondían su oro, allá donde nadie nunca los fuera a encontrar, entonces te reunirás con la arena del fondo de tu océano y yo...

Yo seguiré navegando a ver si una noche, de esas de luna llena, me caigo al mar y sin quererlo de repente sea sirena.

A lo mejor así, consigo hacerte flotar.