"La era de los prodigios"

domingo, 19 de mayo de 2013

Te declaro la guerra.

Es como si un huracán de recuerdos haya arrasado toda la ciudad. Lugares que antes eran puntos de encuentro ahora son caminos que sorteo sin levantar la cabeza, sin mirar, sin obervar para no sentir, pero a quién pretendo engañar, no ver no significa no sentir y mucho menos no recordar.
Un torbellino de palabras y magnetismo invaden mi cabeza cada vez que cojo aire, y la mierda del ser humano es que para vivir tenemos que respirar, asique cada inspiración trae consigo otra batalla más contra las lágrimas, y así cada minuto; y no te creas, es duro sobre todo cuando piensas que ya te has estabilizado o que, al menos, el oxígeno te aporta una mínima tranquilidad, y de repente todo el peso del mundo vuelve a por mí empeñado en que le sostenga a mis espaldas y joder, que mis espaldas están llenas de contracturas y de huellas de tus manos, ¿para qué mierdas voy a tener que sostener yo el peso del mundo? Si para mí el mundo ha perdido todo significado desde que se tiñó de blanco.
"Bueno el blanco es un color que da tranquilidad, que no altera, que relaja" 
El blanco ha perdido toda esencia, el blanco ahora significa haber borrado con un torbellino de patadas a la almohada y de charlas con la luna todo cuanto había conocido y aprendido. El blanco significa shock emocional, el blanco significa comenzar a pintar con un pincel y unas acuarelas sin agua.
Que sentirse perdido no es ir a Madrid y de repente meterte en una calle y no saber en dónde te has metido. Sentirse perdido es estar rodeado de gente y aún así sentirse completamente solo. Estar perdido es quedarte mirando a través del cristal y no sentir absolutamente nada, repito, mente en blanco. Estar perdido es no saber sentir otra cosa que angustia; ni odio, ni rencor, ni miedo. Solo angustia, angustia que te recorre desde el primer pelo de la cabeza hasta el dedo meñique del pie izquierdo, pasando por la columna vertebral, por ESA costilla, por el OMBLIGO, por la RODILLA.Sentirse perdido es pasar las noches en vela y no poder solucionarlo. Sentirse perdido es obligarte a despertar por la noche a las 4:32 de la madrugada para no sufrir cuando te despiertes por la mañana y veas que la pesadilla es real.
Que el frío en ese banco se ha quedado agarrado con uñas y dientes a mis huesos, que si el reloj antes se paraba y eso me hacía feliz, ahora se para alargando aún más las horas y estirando los segundos de una manera enfermiza y cruel, ralentizando el tiempo y haciendo rememorar dentro de mi iris esa mirada que no pudiste sostener.
Ya pueden llegar inviernos fríos, que no superarán a la frialdad a la que me he acomodado ahora, fiel compañera que me ayuda a estar distante en un mundo donde nos rifamos el Óscar al que más aguante fingiendo una sonrisa.
"Al preguntar si está más animada, inspira y dice que al irse él entraron tinieblas"
No sólo tinieblas y nula visibilidad para ordenar las ideas. También mi corazón decidió abandonarme, está dolido y enfadado conmigo "tú me prometiste que esta vez no me harían daño", si pequeño, lo prometí.
Y ahora el pobre ha hecho el petate y de despedida me ha dedicado un sutil corte de mangas. Asique he creado otro. De cristal. Así no puedo prometerle que no le harán daño, porque el cristal es un elemento condenado a romperse en mil pedazos. Ahora no mide más de 2 milímetros y late para que yo pueda vivir. Lo mínimo, dice que no quiere sentir y que el otro se fue "desatado y dilatado de tanto latir" y que él no quiere eso, por lo que ha creado una República Independiente dentro de mí. Dice que el partido principal es el Partido en Obras, porque según él, dice que todo mi cuerpo se está reconstruyendo y que a partir de ahora dominará el lema de que si algo me destruye, rápidamente se construirán andamios. Que si sufro es elección mía, pero que si lo hago no estoy sola.
Mi cerebro no opina, está harto de mí. Dice que jamás aprenderé y que está hasta las narices de intentar hacerme reflexionar, asique le ha declarado la guerra a mi corazón de cristal republicano y militante del Partido en Obras. Pero yo no me meto. Allá ellos, que son como dos niños pequeños.
Que sí, que estoy en un maldito pozo, oscuro, frío y húmedo con 150.000 cuerdas ofrecidas para que escale al exterior; pero por el posible riesgo de ser un poco niña de Ring prefiero sumirme en la más gratificante oscuridad con mi té negro, mis palomitas y un portátil. La razón es sencilla: en el mundo puede haber mucha luz, puede haber muchas luciérnagas y puede haber incluso linternas de estas de los Scouts, pero que si esa luz no viene de donde tiene que venir, a mi esa luz no me alumbra ni una cuarta parte del camino. Sí, ese camino que me ha tocado tapiar a mi solita. Sí, ese camino que he tenido que vallar yo solita. Sí, ese camino que me dirige a ti.
Que me encuentro ante una montaña, enorme, E N O R M E y que yo no sé si mis pulmones asmáticos van a poder con ella. Pero por suerte cuento con mi corazón de 2 milímetros, mi cerebro revolucionario y las manos amigas de todas aquellas personas que en las últimas horas han hecho de este mundo frío y distante un mundo de "eres una guerrera" y de "mañana te despiertas, te miras al espejo y piensas en que el mundo es tuyo".

No hay comentarios:

Publicar un comentario