"La era de los prodigios"

viernes, 9 de mayo de 2014

Arte contemporáneo

Creo que si alguien mi hiciera un retrato, sería un cuadro contemporáneo. Y no es que esto lo haya elegido yo así, es simplemente porque creo que es mucho más fácil dibujarme como un punto negro en el centro de un lienzo en blanco, que intentar limar mis asperezas y marcar las ojeras que se me marcan debajo de los ojos por esta manía que últimamente ha surgido dentro de mi.
Una maldita manía de despertarme cada dos horas.
Lo he denominado insomnio post-pensamientosnopensados.
Si, ya sabéis. Esos pensamientos que aparecen solo por la noche, que tocan *toc-toc* nuestro cerebro al caer el sol y nos hacen plantearnos mil cosas estúpidas que no nos van a llevar a ningún sitio. Pensamientos difusos, profusos, persistentes.
Pues a esos pensamientos les he dicho ya varias veces que no. Un NO rotundo, con una mirada de esas que acojonarían hasta a Drácula. Bueno a lo mejor no tanto.
Pero ¿qué más da? Si es que siempre vuelven, como el sabor del último cubata en una mañana de resaca.
Y me despiertan cada 120 minutos en plan "Hola si, ¿estabas durmiendo?"
Malditos pensamientosnopensados.

Ya no es sólo que vayan de ti, que en el peor de los casos sería lo mejor, sino que no me apetece pensar en ti. No por nada, ni bueno ni malo, sino porque no es el momento de pensar en ti. Al menos no aún.
Quiero decir, no descarto el momento en el que tenga que pensar en ti pero tampoco descarto la opción de que en un tiempo siga sin querer pensar en ti.
Si ya lo sé.
No tiene sentido.
"Estás loca. Estás fatal" Pero una vez, alguien dijo que las mejores personas lo están y después se adentró en El País de las Maravillas.

Todo esto no es más que una Oda a un Verano Anunciado en un viernes de primavera cualquiera en la vida de una veinteañera cualquiera que aún no se ha acostumbrado a lo de tener 20 años ni nada en lo que (no) pensar.

No entiendo como en plena primavera, hayas cogido todas las flores y las hayas secado, una por una, deshojándolas con cautela, jugando al azar con cada uno de sus pétalos. No entiendo como en plena primavera, y con la alergia que me caracteriza, no haya estornudado aún sentimientos ni que no me haya dado asma de tanto reir(te).

¿La risa da asma? Cuando es de las buenas si.

Creo que nuestros días están siendo muy parecidos a esos momentos incómodos con un vecino en el ascensor, pero que a la vez, no puedes evitar.
Esos encuentros que vienen sin más y o hablas del tiempo o estás jodido.
Entonces, ¿cómo es que aún no hemos hablado del tiempo? ¿Será que los silencios empiezan a ser cómodos?

¿Es posible que me estés retratando con tus dedos y que el punto negro ese del que hablaba al principio no sea más que mi ombligo? ¿Será que estás en predisposición de quitarme las ojeras? Y de ser así, dime, ¿cómo piensas hacerlo?

Últimamente escucho mucho una canción de The Libertines, "Music when the lights go out" y trata sobre la incapacidad de escuchar música dentro de tí mismo cuando se está con esa persona que, de repente, sólo te sirve como incentivo para beber unos buenos tragos de Ginebra y confesar todos tus pecados. Algo así como una liberación, pero de las malas. De esas que te hacen pensar que "The girl I thought I knew is gone" y que jodido tiene que ser eso.

Con esto quiero decir, que yo estoy empezando a escuchar los primeros acordes y que esos acordes me visitan de noche, tocando *toc-toc* en mi cerebro al caer el sol. Y me hacen pensar cosas estúpidas, como la posibilidad de componer una sinfonía con ellos o yo que sé, pintarte un retrato.
Empezando por el ombligo.
Un punto negro en medio de un lienzo blanco.

Y lo que surja.