"La era de los prodigios"

domingo, 23 de octubre de 2011

Llueve.

Una hoja es balanceada por el aire frente a mi. No puedo evitar quedarme embobada mirandola, sin hacer nada, simplemente observo su suave balanceo, su aparente tranquilidad. Y me imagino subida a ella, sin mas preocupacion que la simple pregunta de "Y ahora, ¿hacia donde me llevara el viento?", sin preocupaciones, simplemente el viento y yo, nadie mas, nada mas.
Una suave lluvia se une al susurro del viento, y una pequeña y fria gota recorre mi nariz y cae; el silencio es tal que oigo el diminuto sonido que hace el agua al estrellarse contra el suelo, aparte de eso, tan solo mi respiracion tranquila y regular quiebra la intensa calma en la cual estoy sumergida.
Me gusta sentir la lluvia sobre mi piel. Me gusta que el viento juegue con mi pelo. Me gustan las tormentas, con sus rayos y sus truenos. Me encanta mirar y ver caer esas diminutas gotas.

Pero lo que mas me gusta, sin lugar a dudas, es poder compartir esto que acabo de escribir; porque para mi, esas personas a las que les chifla la lluvia tienen una sensibilidad especial, porque convierten eso que a la gran mayoria no les gusta, en algo bonito y especial, y eso, lejos de ser raro es... MARAVILLOSO.

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