"La era de los prodigios"

martes, 30 de abril de 2013

Yo también tengo una Anitram bajo el suelo.

"-¿Cómo serán los monstruos de grandes? Yo, en comparación con una hormiga, soy una gigante, pero ¿y si el mostruo fuera tan grande como tú? ¿Qué podría hacer yo?
-Llamarme -le dijo su padre-. Escúchame. Yo mataré MONSTRUOS por ti. 
-¿Cómo?
-Dándote una idea para que no tengas miedo, Martina. El tamaño de los MONSTRUOS dependerá del miedo que les tengas. Si te sientes valiente verás el monstruo pequeño y cobarde.

-Escucho a esa niña ruidosa pero no sé cómo es. ¿Y si fuera increíblemente grande como tú? ¿Qué podría hacer?
-Llamarme -le contestó su padre-. Escucha. Yo mataré MIEDOS por ti. ¿Sabes? El miedo es elástico, como un chicle. Se hace pequeño, hasta desaparecer, cuando tú te creces. 
Y en aquel momento Anitram notó que había crecido por dentro. Y sin darse cuenta, se durmió y su brazo salió de la sábana y quedó colgando del aire.

A la misma hora de la noche, el brazo de Martina salió de la sábana y cayó hacia el suelo. Entonces se hizo un gran agujero. Nadie sabe cómo ocurrió, son ese tipo de cosas mágicas que suceden por la noche, cuando soñamos. Y por auqel agujero, la punta de los dedos de Martina pudo asomarse al otro mundo, el que tanto temía, ni más ni menos que el mundo de los MONSTRUOS.
A la pequeña Anitram le sucedió lo mismo. Ambas manos se tocaron. Anitram notó aquel tacto de pie humana, y Martina notó que su mano se llenaba de agradable pelaje.
Y las dos se dieron cuenta de que habían tenido miedo la una de la otra porque aún no se conocían.
Y a partir de entonces, las dos dejaban caer su brazo, cada noche.
Cada noche."

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